(cuento dedicado a mi nieta Marianita, solo acepta los que lleven a Dora la exploradora)
- Que Dios las acompañe y que les vaya bien -, dijo mamá, el día que Dora exploradora y Lora, fueron de paseo a la playa.
- El sol está tan picante, que no hay cabeza que lo resista -, dijo la exploradora y puso en su cabeza la gorra de excursionista.
Como la Lora no llevaba sombrero, fue a casa de una amiga para que le prestara uno.
- Mejor llévese mi paraguas prestado, eso mejor el sol mitiga – dijo doña zorra a la lora su amiga .
Y el paseo había continuado
Pero el zorro que las había estado observado, las siguió,
pensando en los panecillos, dulces, bombones, refrescos, emparedados y golosinas que mamá en la cesta les colocó.
Durante el camino muchos cuentos la Lora narró,
hasta que la exploradora dijo: ya más relatos no!,
ahora una canción deseo oir, por favor lorita, canta una que nos alegre el paseo.
- Me sé muchos tangos, milongas y boleros, cuál quiere usted escuchar ? – preguntó la lora.
Y como la exploradora Dora no conocía de música “vieja” y no había nacido en esa era, permitió a la lora que la canción escogiera.
- “.. acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar, cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar…”- la lora cantó
Y don Gregorio el elefante, que también la escuchó,
por la coincidencia del color de sus pupilas, aludido le contestó :
- “.. el día que me quieras la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor color… “.
- Es necesario que usted, con su simpatía y su voz, con nosotras a la playa vaya -, invitó la exploradora a don Gregorio. Y el elefante a la partida se unió.
Al ver el elefante al zorro que las seguía, con un abrazo lo recibió y si éste formaba también parte de la comitiva a las damas preguntó.
Con un tremendo susto el zorro del abrazo de don Gregorio se liberó,
media vuelta dio y a su casa a la carrera regresó.
El paseo sin el pícaro continuó
Llegados a la playa y debajo de un palmar,
- Es hora de ritmo cambiar y el alma acariciar;
“.. mamá yo quiero saber, de dónde son los cantantes…?” ,
el elefante empezó a cantar y con venia y estirada mano, las invitó a bailar.
- Fue una lástima que el parejo zorro no nos haya querido acompañar - dijo Dora la exploradora.
- No perdimos mucho al faltar su compañía, poco me gusta su picardía y solo reggaeton y vallenato don zorro sabe “medio” danzar, jamás un sonsito cubano de éstos el se atreve a bailar – contestó la Lora al final y continuaron el carnaval.
moraleja :
Cuando de paseos se trate, mejor vale ir con buen talante y alegria ,
que asociarse con glotona compañía .
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