1969 un grupo de intrépidos y yo nos embarcamos a explorar los rápidos del río balsas desde el poblado de mezcala, dos compañeros de ajuchitlán Alberto y Rodolfo Castilleja uno del distrito federal otro joven al parecer extranjero y yo, en una lancha de aluminio apropiada para laguna con un motor de 25hp, este tipo de embarcación no apropiada para el río, la bautizamos con el nombre del puneche. Encantados con el trayecto que íbamos recorriendo conocimos el baño del rey un borbollón de aguas sulfurosas y una saliente de la montaña con unos escurrideros que parecían una gigante regadera íbamos encantados en la exploración y de momento entramos en los rápidos de santa Elena, con tanto ajetreo se hundió la lancha, Rodolfo gritaba ayuden a mi hermano Alberto, resulta que Alberto no sabia nadar y quien de nosotros lo iba a ayudar si cada uno luchábamos por salir de los remolinos y arrastrados por la corriente mas o menos a unos cincuenta kilómetros por hora y Alberto iba tan campante como si le divirtieran los remolinos y los golpes donde lo azotaban contra las piedras ni las manos metía, cuando logramos salir Alberto no aparecía por ningún lado. Corrimos río abajo y antes de llegar a un recodo de la montaña vimos a una mujer arrodillada rezando, creció la angustia por Alberto y decía Rodolfo, mi hermano mi hermano se ahogo, llegamos y la señora seguía rezando ¡santo dios santo dios! Y de repente se suelta alabando ¡san jerónimo santo!!!! Nuestra sorpresa vemos a Alberto sentado en una roca en medio de un remolino y la mujer casi llorando muchacho no te tires ese remolino es del diablo de ahí no a salido nadie total nos dio mucho trabajo calmar a la señora. Y ahora como sacamos a Alberto, como había una casa cerca conseguimos reatas las unimos y después de varios intentos se las hicimos llegar, se amarro bien a la cintura y como ya había mas gente lo jalamos y que se lo traga el remolino con mucho esfuerzo lo sacamos y salio sin ropa ni salva vidas, mas asustados nosotros que el y le dice su hermano que bueno que le hiciste caso a la señora y el contesta cual señora esta que esta aquí y le contesta yo no la oía que me decía veía que hacia muchos ademanes y pensé que estaba loca por eso no me avente además savia que tenían que venir por mi con risas medias forzadas festejamos y dice el extranjero, o por lo menos parecía, Alberto hundirse lancha puneche ¿Qué ser puneche? Y le dice Alberto haciéndole señas con las manos es un gran pez que hay en el balsas reímos todos ya que este es un minúsculo pececillo de los charcos. esta es quizás una de las tantas anécdotas al inicio de las carreras del balsas.

Durante los 39 años del maratón del río balsas son interminables las historias que hay que contar y cada vez que adquirimos una lancha se acostumbra ponerle un nombre bonito, uno de mis hijos pensando en las lanchas que tuvimos durante los 39 años escribió lo siguiente:
Lanchero de nacimiento, nací creyendo en LA PANTERA ROSA, con el tiempo LA CHISPA de mi niñez despertó LA MULA que llevaba dentro para convertirme en un adolescente muy inquieto y un día conocería una GUACHA me case y con los años aquella GUACHA se convirtió en LA MULA que me enseño y perfecciono lo suficiente para domar un ESCORPIÓN. Y esto por poco ocasiona un divorcio.