Era una niña; mi subconciente se negaba a recordar aquella tarde en el granero.
Los gritos de jubilo que lanzaba al aire, al pensar en el reto que frente a mis ojos mostraba la multitud de granos de maiz que conformaban el granero, donde mi padre celosamente guardaba para alimentar a la familia y a sus animales.
No lo pensé dos veces, comencé a escalar las faldas del granero, con la agilidad de un buitre hambriento hasta llegar a la cima.
Ya en la cima, mi corazón latía con fuerza, con mis diminutas manos logre tocar el techo y al hacerlo solté un gran suspiro al viento.
Estaba tan emocionada por haber alcanzado mi meta que a lo pronto no escuché los gritos de mi hermano mayor que exclamaba furioso: ¡ baja de ahí! .... y sin volver a repetir la frase, subió, en dos zancadas hasta donde yo estaba; me sujeto con fuerza hasta sentir que me asfixiaba. Aún como perro rabioso comenzó a deslizar sus asquerosas manos posándolas en mis partes íntimas, prosiguió a manosearme, manipulando de tal manera que me lastimó, conforme lo hacía, en su rostro, atraves de su mirada se asomaba la lujuria, yo era una niña y eso me causó miedo y dolor físico, comenzando a llorar con frenesí; quedando marcada por el miedo, el dolor y la frustación. ( DESCOYUNTE SEXUAL)
"Bienvenida al mundo de la anciedad,miedo y frustación"
Donde el recuerdo se detiene ahí abruptamente
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