Ayúdame por favor,
Sí, tú, si aún me escuchas,
No permitas que esta emoción me embargue,
No dejes que se ennegrezca mi corazón.
Es ese sentimiento que me repugna,
Aun así gana terreno en mi interior.

Me dañaron, es cierto,
Sin contemplaciones me trataron
Y me despojaron de sueños bellos
¿He de hacer lo mismo con ellos?
¿La venganza me traerá paz?
¿Acaso es legitimo el placer
en el castigo de los demás?

No quiero que el perdón llegue tarde,
Dile que se apresure en venir
Pues mi pecho late a otro ritmo,
Y no es el de una canción de amor.
Calla de raíz mis pensamientos,
Me agobian cual demonios en la noche.
No quiero sentir odio,
Por favor ayúdame,
Mira mi sufrir y conmuévete,
Ve caer mi última lágrima de cristal,
Ya que si no me enseñas a detener mis manos,
La próxima de sangre será.