Capítulo 5:
Otras Fuerzas.
Base de operaciones NEST. 10:55.
Hace dos días.
En otro lugar del mundo, en un hangar muy grande y con sus portones abiertos, dos robots gigantes conversan en un tono misterioso. Estas son sus palabras:
1: Entonces hemos llegado hasta estos extremos. ¿Quién iba a pensar que podría ganarte en algo?
2: Aún no acaba, mi joven amigo. Mis armas aún pueden disparar.
1: Vas a sufrir, viejo amigo. Y lo harás mientras ves como toda tu estrategia se viene al suelo.
2: Pudiste derrotar a mis camaradas, pero conmigo la cosa es a otro precio.
1: ¿En serio? Entonces eso hay que verlo…
3: ¿Van a amenazarse toda la tarde o van a acabar con esto de una buena vez?
(Después de unos segundos de silencio un rostro cibernético en su totalidad esboza una sonrisa de satisfacción y una mano robótica gigante se abalanza hacia delante y luego regresa)
1: ¡Mira tu final y llora, Optimus Prime!
2(Optimus): Yo surjo… Tú caes…
(La mano de Optimus se abalanza hacia delante y también regresa)
Optimus: Ahí lo tienes… ¡Sufre, niño!
1(Sideswipe): ¡OH, NO!
3(Ironhide): OH, SI…
En efecto, Optimus ha hecho su cuarto jaque mate consecutivo y todos los Autobots presentes reaccionan, unos bajan la cabeza, otros se ríen a carcajadas, otros simplemente conversan entre ellos e Ironhide dice alegremente: ¡Si, señoras y señores, el jefecito ha demostrado por qué es el jefe! Optimus, por su parte, dice a su contrincante derrotado: “Lo hiciste muy bien, amigo, pero debes pensar mejor tus estrategias… y tomártelo con calma”, a lo que Chromia, que ha escuchado la frase, replica: “¿Calma? ¿Sideswipe en calma? Eso es como pedirle a Primus algo de carne de cerdo…”, y se carcajea estruendosamente. La tarde de descanso de los refugiados de Cybertron continúa, todo bajo la observación del capitán Lennox y el teniente Epps, entre los cuales surge la siguiente conversación:
Lennox: Está bien que el Señor Witwicky haya querido agradecerles a Optimus y a su equipo por salvar la vida de su hijo en tantas oportunidades, pero ¿Por qué un ajedrez metálico gigante? Digo, pudo haberles dado cartas de Póquer o algo así…
Epps: ¿Y con qué apostarían?
Lennox: Buen punto, mi amigo…
Su conversación se ve interrumpida por una voz estridente y bien conocida que viene de atrás de ellos. “Lamento fastidiarles la fiesta – Dice rápidamente el agente Simmons –, pero necesito a ‘Kasparov’ aquí y ahora. Tenemos una situación que requiere tu atención, Optimus”. Prime voltea rápidamente y se desplaza hacia el agente, quien se acerca a la baranda metálica, a 10 metros del suelo, en la que se encuentran el, Lennox y su teniente, y otros cuantos operativos de NEST. Mientras Optimus se acerca a la baranda a recibir la información, Epps le grita a Ironhide “¡Oye, por favor dile a esos dos idiotas que dejen de jugar!”, y acto seguido el Robot negro se acerca a la gigantesca puerta del hangar y grita: “¡OIGAN, TONTOS, YA DEJEN DE PELEAR, SE ACABARON LAS VACACIONES!”, a lo que reaccionan los gemelos, en la parte externa del hangar, discutiendo contra quien les ha hablado: “Oye, espera, ¿Tan rápido?”, “¡Oye, moreno, no es justo! Y yo que iba ganando…”, “Si, ¿Tú? Ya quisieras”. Luego comienzan su ingreso a las instalaciones entre refunfuños y algunas palmadas entre ellos.
Entre tanto, Optimus escucha a Simmons con mucha atención mientras este último enciende una pantalla grande que ha traído cerca para ayudarse:
“Hace 6 meses el instituto SETI , adscrito a la NASA, detectó una extraña señal proveniente de la Luna. Pero no supieron lo que era, por lo que pusieron a todos sus analistas de señales y códigos a trabajar de sol a sol. Cuando vieron que se trataba de una transmisión encriptada lo enviaron al equipo de análisis de señales del Departamento de Defensa. Ahí comenzaron a trabajar hasta que descubrieron – En ese momento enciende el monitor – este patrón sónico inscrito en la transmisión”. En ese momento Lennox interrumpe abruptamente: “Un momento, yo conozco eso”, y se acerca a la pantalla que está mostrando el patrón del que Simmons esta hablando, acompañado de una gráfica representativa en tiempo real. “Es el mismo patrón que se usó en el ataque a Qatar hace un año y medio, el que marcó la llegada de Autobots y Decepticons a este planeta, señores”, continúa Simmons con su explicación. “Cuando nuestros equipos de analistas no pudieron descifrarlo nos lo mandaron. No lo pudieron descifrar pero si pudieron analizarlo, y sabemos que no se trata de una simple transmisión como lo hiciste tú, Optimus . Esta transmisión no solo tiene paquetes salientes, también entrantes”. Epps pregunta: “¿Entonces no solo salieron datos, sino que también entraron?”, a lo que Simmons responde con prontitud: “Si, soldado, y no solo eso. Las entradas y salidas de paquetes son prolongadas y en intervalos irregulares, como si se tratara de…”, “Una conversación”, interrumpe Optimus. “Eso es lo que es. El patron sónico que ven es la marca de transmisión propia de los Decepticons, la usan para sus intrusiones en sistemas enemigos y también para manejar sus transmisiones en tiempo real a través de las estrellas”. Se queda en silencio unos segundos, meditando las cosas. De pronto, pregunta a Simmons: “¿Qué sabemos del lugar a donde se envió la transmisión?”. Simmons responde: “Eso es lo extraño. La NASA reporta que la señal llegó hasta un punto fijo en el espacio y se quedó ahí hasta que la transmisión terminó, pero nunca ha habido nada en ese lugar. Aunque se sabe que un agujero negro pasó por una galaxia cercana y, pues… Ya se imaginarán el resultado, señores”.
Optimus, por su parte, no se encuentra tan contento como lo aparenta Simmons, y expresa con un evidente tono de preocupación: “Por favor tráeme todos los datos que tengas al respecto, Ironhide y yo comenzaremos a trabajar… y ora a todo aquello en lo que creas, para que no sea lo que estoy pensando”. Los comentarios humanos se convierten en silencio al ver la expresión de terror que muestra Optimus en esta última frase, antes de girarse y acercarse a su lugarteniente.
Mientras eso ocurre Epps se acerca a Simmons y le dice suavemente al oído: “No olvides que ganó Optimus”, a lo que responde el Exagente del Sector 7 y ahora líder de operaciones de NEST con un suspiro de malas ganas, una mirada al suelo y el acto de entregarle 200 dólares al capitán del Ejercito de los Estados Unidos.
Dos días después aun se encuentran trabajando los dos Autobots descifrando la comunicación. “Entonces podemos descartar cualquier duda. Es él, ¿verdad?” dice Ironhide a Optimus, quien hace algunos cálculos usando un proyector holográfico instalado en sus sistemas visuales; éste último le responde: “Si, aunque eso ya lo sospechaba y no me preocupa – Se siguen generando patrones y algunas funciones en la proyección holográfica -, lo que me preocupa realmente es ¿con quien se comunicó y… para qué?”. Mientras tanto Simmons y Lennox trabajan con el equipo de monitoreo y rastreo de NEST. “¿Entonces podemos confirmarlo?” dice Lennox mirando la pantalla, a lo que uno de los operarios de turno contesta “Aún debemos hacer algunos sondeos adicionales pero yo diría que es un afirmativo, señor”. Otro operario en el lugar toma la palabra: “¿Entonces inicio los preparativos?”, a lo que Simmons responde “Si, por favor, pero déjame hablarles primero, ¿Quieres?”. Minutos después se encuentra entrando al hangar de los Autobots y llama a su líder. La siguiente conversación tiene lugar en el momento en que Optimus comienza a acercarse a Simmons:
Simmons: Tenemos confirmación de una marca Decepticon en el oeste del país, relativamente cerca de acá. Es una marca fuerte y se encuentra en movimiento.
Optimus: ¿Y a donde se dirige?
Simmons: Eso es lo que me preocupa: se dirige con velocidad constante por la autopista I-115 de norte a sur, aunque aún no sabemos su destino…
Optimus: Entonces sólo es cuestión de interceptarlo, ¿verdad? No veo el problema en este caso.
Simmons: El problema, mi gigante amigo, es que hay muchos edificios en el camino de esa autopista y ocurre que, casualmente, uno de ellos es una universidad y ocurre que, casualmente, tenemos un amigo mutuo que estudia en ella…
Optimus: ¡SAM! ¡Hay que interceptarlo, ahora!
Justo en ese momento se escucha la voz de un operario de comunicaciones del lugar que grita: “¡Señal de comunicación Entrante, señor!”, y rápidamente enciende unos altavoces que comienzan a emitir varias frases y sonidos provenientes de diferentes estaciones de radio:
“…Atención a todas las unidades… Unidad 35 solicitando permiso… para ingresar a la base… Señor, tengo compañía… ¿Qué opina, jefecito?”. Optimus replica: “Bumblebee”, mientras tanto se oye a Simmons hablando por un micrófono inalámbrico que le acaban de pasar a sus manos: “Permiso concedido, soldado, ahora pasa”.
Mientras tanto, en la ciudad de Filadelfia, el taller de autos Baines ha cerrado sus puertas por el día de hoy. Mikaela termina de ensamblar el inyector múltiple reparado de turno y estira su espalda inclinándose hacia atrás y dejando correr un poco de sudor por sobre su esbelto y trigueño abdomen, descubierto hasta casi la sexta costilla a cada lado de su torso. El ritmo de trabajo ya no le supone una carga, pero de todas formas ella se siente cansada cada día, así que esto ya es habitual en su quehacer cotidiano.
Mientras tanto, afuera del taller, se puede apreciar el atardecer circulando por entre los edificios y atravesando la grúa de Mikaela. Es un ambiente de total tranquilidad, y una pequeña camioneta de juguete, aparentemente de Radio Control, se ubica en un andén cercano, y sobre su exosto superior se puede ver algo similar a una antena parabólica en miniatura, moviéndose levemente de tanto en tanto.
Pasan 5 minutos, y la camioneta de juguete no se mueve…
Pasan otros 5 minutos, y la camioneta aun no se mueve…
Súbitamente, 5 minutos más después, la antenita del juguete se cierra y se guarda en el exosto superior del mismo. En ese momento el vehiculo toma rumbo hacia adentro del taller y, con un súbito movimiento que incluye un brinco y dos vueltas sobre sí mismo, Wheelie toma forma humanoide y se acerca a Mikaela por detrás de su pierna derecha, mientras grita:
Wheelie: Mikaela, mi Reina, tengo que hablarte…
Mikaela: Wheelie, no armes alboroto y cálmate, ¿quieres? ¿Qué pasa?
Wheelie: ¿Recuerdas cuando te hable del dia en que te iba a necesitar?
(A Mikaela se le abren sus ojos verdes con una fuerte expresión de asombro…)
Wheelie: Hay problemas, y son demasiado graves… Te necesitamos…. ¿Estas con nosotros?
(Ella toma unos segundos en silencio…)
Mikaela: Si están con Sam, estoy con ustedes. Lo sabes. (Voltea a mirar hacia la grúa) ¿Estas conmigo?
En ese momento la radio de la grúa se enciende sola y suena el inicio de la canción de Guillermo Tell.
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