EL PESCADOR
Hábil y diestro en su oficio, no pescaba para alimentarse, lo hacía por placer, pues allí imaginaba un mundo a su antojo y se sentía dueño del río al tener en el anzuelo la carnada precisa para atrapar lo que quería, tal vez la pieza elegida.
Era el pescador, de andar calmado sin prisa, había cultivado la paciencia al tirar la línea una y otra vez.
Con mirada perdida en el silencio, esperaba el momento para tensar la línea y así tener en sus manos el tan ansiado pez.
Un día se sentó en el muelle, y dijo… la vida es así… mirá que tirás la línea y todo puede suceder… desde ese momento observando pude ver…Hay algunos que pescan por necesidad y otros por placer.
El que pesca por necesidad, lo puedo entender… he visto muchos niños con ansias comer de ese pescado que después de una larga espera se pueda obtener.
Pero es enigmático quien pesca por placer… porque sentado en un muelle planea como tejer esa red que atrapa y tiene todo a sus pies.
Ese pez que quiere atrapar es solo figurativo, pues una vez que ha logrado su objetivo, lo suelta, lo libera sin darse cuenta que lo ha dañado de una manera inconsciente tal vez, ese pez que volvió al agua está herido y solo sirvió para cargar el ego de alguien que con saña disfruta y descarga su bronca pensando que nada ha hecho solo sentirse dueño de la vida por un instante y equivocado pensó que todo lo había logrado, tenía lo que quería sin saber lo que había lastimado.
Y el pescador que un día dijo, en la vida hay que dejar la línea correr pero cuando el pez confiado esté es momento de traer la presa hacia la costa pues ésta ya no tendría fuerzas para poder escapar, y que sabias palabras fueron para hacer entender, cuantas veces nos enfrentamos como peces ante hábiles pescadores que tiran la red.
El pescador al tirar la línea, arroja con fuerza al río, no solo su imaginación, también arroja su bronca, su ira, sus ilusiones y todo lo se siente en su mente aturdida por el ruido del mundo que no lo deja pensar y elabora en el silencio todo lo que una vez soñó, y espera con santa paciencia atrapar la presa mejor , dicen que relaja, que distiende, que entretiene, que distrae, pero el hábil pescador sabe cómo hacer para tener lo mejor, y espera tranquilo que todo llega , aguanta frio , viento, calor, se moja bien las ideas, pero busca lo quiere y sonríe cuando tiene en sus manos aquello que le costó, le costó tiempo, mucho o poco tal vez, pero lo consiguió.
Quien se dedica a la pesca sabe cómo llegar, pues ya ha cultivado paciencia y sabe esperar el momento oportuno para poder hablar, quien se dedica a la pesca sabe cómo encontrar el lugar donde están las presas para poder disfrutar, quien se dedica a la pesca sabe como mirar cuando el agua mansa trae lo que se fue a buscar y conoce al río enojado que bien te deja pasar y trae consigo arrastrando lo que no podes enfrentar dejando en la arena basura que la miseria humana arrojo al río sin pensar, que el agua contiene vida a la que hay que respetar.
Si la pesca trae paz, disfrútala mientras puedas… pero no descargues tu ira, tus fracasos, tus mentiras, contra la naturaleza entera, no dejes que tu basura ensucie las arenas.
Por más hábil pescador a veces puedes caer y enredarte en tu propia red.
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