Persiguiendo una borrosa, intermitente linea blanca que no tiene final, voy observando de reojo a los lados trozos de una vida parecida a la mía, como en fotos que se van balanceando entre brazos de arboles que quedan detrás, insectos kamikaze que persisten en detenerme, baches, nubes que aceleran, tormentas que amenazan, un sol que dice adiós, luces en el cielo, bocinas que avisan no se que.
Cero troopers, tampoco se a que velocidad mis recuerdos mutan, mi reloj dejo de funcionar hace mucho.
Imagenes que se reemplazan, oxidan y explotan reclamando rostros de polvo.
El mapa es extenso y aun me resisto buscando a donde voy, se que llegare tarde o temprano, de nada funciona imaginar como son los lugares, personas, cosas, siempre serán incomodas.
Ya no me apresuro y acelero, evito el cansancio con algún suspiro.
A noventa y siete millas por hora. |