En ese espacio que sobra de tu vida,
píntame;
cuando te abrace el tedio
y el ocio se siente junto a ti,
píntame.

Si has de pintarme en el cuadro de los colores,
no pases por alto ninguno;
sepan los dioses que será de mi risa mañanera sin el amarillo
¿Ó el azul?.

Píntame, píntame de prostituta,
píntame de carnaval, píntame de velorio;
de madre, de mujer de alguien.

Píntame en el bullicio de salones de Alta Alcurnia,
píntame al final del túnel o al principio,
no importa, ambos están tan concurridos.

Píntame debajo de aquel puente,
compárteme con otras cuatro familias abandonadas;
o píntame de estruendo junto a la flauta,
en el callejón donde tomamos cosas prestadas.

Si te llegase a tentar pintarme en el cuadro de la verdad
¡Resiste!
que de tanto pintarme algo de amor recogiste
y sabrás cuanto me triste
estar en medio de tanta soledad.