Es extraño como la memoria de otras vidas, escondida, reacciona ante ciertos estímulos, como una mirada, una sonrisa, un gesto, una manera de caminar. No alcanzo a recordar con claridad, solo sé con la certeza del sabio que ya estuve aquí, en tu vida; otros paisajes, otras circunstancias, otros tiempos, pero vos y yo somos los mismos, ¿podés verlo?, después de siglos otra vez aquí.
Otra vez uno frente al otro, como si en el medio de los tiempos no hubiera sucedido nada, como si un entre paréntesis sin ningún registro se hubiera colado entre nosotros, un paréntesis de tiempo que solo tiene la intención de recordarnos que ya estuvimos aquí.
¿Cómo se pone en palabras lo que no tiene materia?, solo un frágil recuerdo con otro cuerpo, la extraña sensación de haber vivido otra vida, un mundo de señales que solo me dicen que sí, que allí estás de nuevo, para volver a empezar. Como si una dulce condena nos trajera de vuelta a corregir detalles que nos acerquen un poco más a la perfección del amor.