La muerte del viejo Michard.

El viejo Michard se murió de una fulminante pulmonía
y estoy en otro espacio, en otro tiempo,
pero todavía lo recuerdo, esquelético, echando sangre impura
por todos los conductos de su cuerpo.
Yo no lo vi morirse, ¡pero cómo lo recuerdo!.

En el barrio todo fue un barullo: el viejo Michard se había muerto,
el maniático de las antigüedades que nos gustaba tanto contemplar
y que no nos decidíamos a comprar.
Nosotros también acudimos a la puerta cerrada de la boutique
por donde habían de llevárselo al Père Lachaise.

Y dicen que en su tumba rezaba:
Aquí yace el caballero de las antigüedades.

Yo te ví, muchacha frívola, sé que lloraste
y desde entones te mofaste de Marguerite Gautier