SOLEDAD... Ese desierto del alma, ese mundo sordo de voces mudas y poblado de murmullos desconocidos...
Sensación de desamparo cercana a la muerte, en la que la importancia de las cosas recobra un nuevo sentido...
Soledad que al llorar la pena expulsa miedos y frustraciones nacidas muy adentro...
En la soledad se ve el barro que se mira, se nota el frío que se sentía, la ausencia de vida que se ignoraba, la pasión artificial de un alma que alguna vez supo amar sin más...
Es la única amiga que te dará siempre una oportunidad para buscar la verdad que le da vida al amor...
Y en esa soledad ví la cárcel de la que huyes, la cárcel de mi miedo a perderte; cárcel de la que te mantengo alejada, careciendo de sentido para existir...
¿Cómo romper unos barrotes a los que tu alma se acostumbró, cuando el horizonte al que aspiras
te muestra otros, simplemente más brillantes?
Son destellos de algo que todos sentimos..., el miedo a no encontrar a nadie que verdaderamente sienta nuestra esencia...
Pero muy dentro de mí sé que nunca estuvimos juntas, como tú dijiste...
Sólo hemos sido dos almas con capacidad para sentirse mutuamente, y nuestros cuerpos, a veces, celebraron ese milagro juntos...
Y lo celebrarían aún más si no perdiesen el tiempo en buscar nombre o lógica a lo que sienten y se dejasen llevar por esos instantes como si jamás fuesen a repetirse..., porque algún día..., así será.

(02/11/03)