Este sentir me prende fuego. La razón me habla de un reloj mal sincronizado, mal colocado.
El corazón me explica de una sensación de muerte que revive con tus pasos.
¿Se manipularon los espacios o los espacios allanaron los momentos?
El tiempo crea sus caprichos y te sitúa plenamente ante los anhelos más ocultos de la mirada.
El tiempo pasa, y tu pasas, y ¿cómo saber que este remolino es el mismo que a uno le atropella por las mañanas al verte, y desear absorberte?
Hoy tras mil sentimientos, descubrimientos y honestidades debes saber que agradezco tu presencia y tu allanamiento.
Ya no sé si el reloj está mal sincronizado o sabía que justo hoy, justo ahora, justo aquí, nos hacía falta un poco de vida, de anhelo y aliento.
Si tu me debes, ahora te debo yo a ti, te debo la sonrisa y el calor.
Debo confesar que pretendo hacer uso de mis mil fórmulas y pociones para saber dónde estaré a los 43, lo único grave, lo único malo, es que ni sé de fórmulas y mucho menos de pociones, sólo sé de corazones, lealtades y entregas...
Y por lo pronto, ya tienes mi corazón y la lealtad que también es tuya y así se ha alimentado… aún sin que lo supiéramos…
Por eso hoy reconozco que la vida manipula tus espacios y mis momentos… tus momentos y mis espacios.
Gracias amigo mío… mi buen y leal amigo.
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