Entre los muros que marcaron tu existencia
Y la vida desatenta descendi de las colinas cual si fuese Zaratustra
Debatido entre mi soledad
Caminando descalzo
No halle sino maleficios
E insultos de aquellos seres confusos
Entre los mares del saber conjure mi destino
Sentí incrustarse en barro entre mis pies
Entre en espesor de las tinieblas
Divise una luz
Que esperaba sentada
Entre la maraña taciturna de la penumbra
Iluminando mi rostro
Anhelando que mis alas creciesen
Para escapar con ella del abismo de la tragedia
Para ser ave de luz de alas resplacedientes
Para al fin desatar al amor cautivo
Y al fin pueda rondar libre en nuestras vidas
Con aquella luz se convirtió en mujer
Que permanece sentada sobre mi lomo
Volando venturosos entre el manto de la tierra
De la incomprensión a la cordura
Como jugador del destino que se convalece de la dicha
Te has aferrado a mi como si fuesemos parte de un mismo retrato
Dulce y fiel permaneces iluminando mi vista
Ahuyentando a los seres oscuros
Espantando mis miedos
Mar con mar
Tierra con tierra
Aire con aire
Sigues inmóvil ante mis besos y caricias
El placer de tu sonrisa
Hace que me olvide del mundo
Haciendome olvidar que algún día me hallé rodeado de gente
Y aun asi vivia despoblado
Como un ave que luz
Solo me resta ser piedra de sal
Para desvanecerme silente en el mar tu recuerdo