No mantengo el control y no puedo seguir el paso hacia donde viajo; tengo mi corazón pero no esta bien. Eres la única que se entiende y entiende, he venido pero no se a dónde me estas llevando; me alcanzas y me asotas sobre tu piel haciéndome sentir esa calidez tan sensual que eriza mi piel.

Me he vuelto imposible sosteniéndome de aquellos detalles perfectamente imperfectos que solían importar. Los dos estamos golpeados; usados, mirando el destino mientras fluye a través de los caminos púrpuras, aquellos que hemos postrado.

Oscurece el sol y róbate las estrellas, mientras más te doy mas me muero y mas renazco.

Tú y yo permaneceremos si el mundo se parte; hasta mi fin, hasta el tuyo; hasta que la sangre se seque y se oxide, hasta que esta se colme de moho y se haga tintura imborrable sobe la piel de los pecadores. Mientras mas caigo mas permanezco a tu lado, mientras mas me pierdo mas te encuentro; mientras la herida se hace profunda más dentro de ti me encuentras, siempre soy parte tuya.

Me haces áspero mientras en el interior soy suave, veo la verdad cuando mis ojos han sido cegados por el sol negro de tu mirada implacable. La flecha atraviesa el tejido y parte mi corazón, la sangre escurre y la has de limpiar con tu sutil violencia.

Llevame contigo; sin ti todo se desmorona y las piezas se pierden en el lodo, sin ti la sangre se calla y no murmura. Respira mientras el sonido de tu pecho hace eco en las cuevas de mis alas, el tiempo se detiene. Húndete mientras me ahogo, por favor; no quiero que nunca se detenga.

Se repiten las voces, ¿me completarás?; realmente lo has logrado.