Estuve en prisión muchos años —más de lo que yo quisiera— por asesinar y descuartizar humanos. Viejos tiempos aquellos. Lo mio era arte. El arte de la muerte, aunque no todos lo consideren así.
En prisión dediqué gran parte del tiempo a la lectura de textos médicos, científicos y uno que otro relacionado con el misticismo oriental. Gracias a mi cultivación intelectual (años de frenética lectura) y curiosidad por todo, descubrí y desarrollé una técnica maravillosa que empleaban antiguos monjes tibetanos con el fin de burlar —magistralmente— la tiranía de los opresores en dicha época.
La técnica consiste en simular la muerte mediante suicidio, claro qué, de ilusionismo nada tiene, pues literalmente quedas sin vida. El método es riguroso y muy aventurado, requiere de una concentración abismal y sobretodo de una mente adiestrada, aguda e imperturbable.
Es así como logré escapar de la triple cadena perpetua. Diez horas clínicamente muerto duró toda mi hazaña antes de desaparecer y volver a la libertad.
Actualmente soy un genio de la medicina moderna y en muchas otras áreas. La totalidad de mi cuerpo está prácticamente hecho de nuevo. Mi corazón, piel, células, riñones, pulmones y todo cuanto puedas imaginar a sido renovado mediante injertos y trasplantes —gentileza— de mis nuevas víctimas.

Hoy celebro mi cumpleaños N° 162 y busco gente para celebrarlo en grande. Mi msn es: holocentridae@gmail.com. Será un evento de gala !una gran fiesta¡ Los interesados en asistir pueden contactarme al correo electrónico. Ahí les diré la fecha y dirección residencial.

Muchas gracias.