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Capitulo I
Los gobernadores

D
entro de pocas horas se celebraría la reunión oficial de los dirigentes de Seida.
Pero esta no seria una reunión agradable y todos lo sabían.
La carta recibida hacia tan solo dos días la cual tenía el sello real de Acnia, el dibujo de un Alcon dorado decía las palabras que todos habían temido leer en los últimos dos años.
El Presidente Ignacio leyó la carta recibida y la releyó varias veces, mientras se acariciaba su larga barba y respiraba con dificultad y nerviosismo.
Ignacio era un hombre mayor ya de unos 60 años, que se estaba preparando para renunciar a la presidencia de Seida y otorgársela a su sucesor el vicepresidente Andrés.
El presidente sabía que la situación que se estaba dando a nivel mundial pronto llegaría a la isla de Libertad pero se había dado más pronto de lo esperado.
Acnia la gran potencia había dado el primer paso.
Los problemas que enfrentaban los distintos países de la isla Libertad debido a la escasez del agua eran graves.
Seida era un país reconocido mundialmente debido a ser uno de los mas poderosos económicamente aunque aun así no llegaba a alcanzar el nivel de Acnia, ambos competían mutuamente por el comercio mundial debido a esto ambos países siempre habían estado en conflicto.
Incluso habían llegado a estar en guerra, desde 1970 hasta 1971, el conflicto termino pacíficamente gracias a que el país Tor, limítrofe de ambos países intervino y entre ambos estados se firmo un acuerdo de paz.
Pero esto era distinto.
Esta vez el estado de Tor no iba a poder hacer nada tampoco ninguna de los otros estados.
Las grandes puertas de la casa de presidencial de Seida se abrieron y un sirviente de mediana edad, vestido de una elegante tunica azul hizo una reverencia, a continuación se retiro y dio lugar a los doce gobernadores de Seida, también llamados intendentes.
Cada uno se encargada de administrar una ciudad ya que el rey no podía hacerse cargo de todo.
Entraron todos en fila organizada y el presidente saludo con falso entusiasmo a cada uno de ellos estrechándoles las manos primero seguido de un amistoso abrazo.
Luego entre Rivas, General del ejército de Seida.
Rivas saludo a cada uno de los hombres y tomo asiento a la derecha del presidente.
La mesa era de gran tamaño se sentaba el presidente en la cabecera y al lado Rivas, luego le seguían los 12 gobernadores que estaban en los costados de la mesa sentados paralelos unos a otros.
Esa tarde Ignacio había despedido a todos los ministros, disueltos las asambleas de senadores y diputados, cientos de periodistas y de distintos hombres estaban afuera pidiendo explicaciones.
Las miradas se centraban en el presidente.
Este había pedido una reunión sin informar a sus hombres el motivo que llevaba a esta.
Pero las noticias volaban en el periodismo de la época actual y todos sabían los acontecimientos de esa tarde, debido a eso era fácil suponer lo que ocurría.
El silencio incomodo invadió la sala.
Finalmente la primera dama Ana llego tan esplendida como siempre y saludo uno por uno a gobernantes de Seida, la reunión estaba completa.
Ignacio miro severamente a sus dirigentes.
La mirada preocupada que se reflejaba en los ojos de todos demostraba que la mayoría sabían porque se convocaba esa reunión o al menos lo sospechaban.
- bueno como empezar – dijo Ignacio moviendo sus manos con impaciencia - miren, todos sabemos que el mundo exterior se encuentra en conflictos constantes por el escasez del agua que se esta produciendo a nivel mundial. Esto es gravísimo ya que estamos perdiendo millones y millones en negocios, incluso estamos incomunicados con organizaciones he industrias de Australia, y también sabemos que países subdesarrollados han sido invadidos por potencias como Estados Unidos, hasta ahora este conflicto estaba ajeno a la isla de Libertad pero todo esto ha pasado a segundo plano –
Las miradas nerviosas se fijaban en el presidente.
Este bebió un corto sorbo de la copa que tenia a su lado y luego la apoyo sobre la mesa.
- hace tan solo dos días recibí una carta del presidente Acniano la cual deseo compartir con todos ustedes:

Presidente Oficial Ignacio del estado de Seida :
Estimadísimo presidente, después de un largo período de tiempo de arduas investigaciones, hemos llegado a la conclusión de que el problema que transcurre a nivel mundial pronto llegara a nuestro territorio así que necesitamos un préstamo de su parte.
Necesitamos que nos otorgue su terrario y darnos el control de todas sus industrias y empresas en caso de no aceptar tal propuesta pacifica nos veremos obligados a ser menos amigables e invadir su territorio, le aseguro que no quiere esto.
No acabe con la vida de su gente de forma violenta es un consejo, responda esta carta al momento en el que le llegue

A continuación esta el sello del Alcon dorado de Acnia.
Lo rechace como era de esperar así que dentro de poco tendremos a todos los ejércitos Acnianos invadiéndonos y se que no tendrán piedad, no entregue mi país por las buenas pero no voy a enviar a un ejercito a la muerte, no tendremos oportunidad las armas del ejercito Acniano son superiores a las nuestras, nos superan militar y tecnológicamente-
- MALDITO HIJO DE PERRA – el intendente de la ciudad de Montreal se levanto de su silla y señalo al presidente con un dedo acusador mientras los demás seguían analizando lo que acababa de contar el presidente.
Incluso la primera dama miraba con confusión a su marido.
- he decidido esperar aquí seguramente seré capturado y ejecutado pero aun así tendré una muerte digna ustedes no tienen que elegir el mismo camino que yo, mi gente sufrirá lo se pero era lo único que estaba en mis manos ahora en esta reunión queda disuelta el gobierno oficial de Seida, huyan, escapen, den su vida, suicídense o luchen por su país yo ya no tengo ninguna autoridad sobre sus decisiones, adiós y gracias por la fidelidad que han mantenido conmigo estos años -
El presidente se levanto de la mesa hizo una reverencia y se dirigió a la salida silenciosamente.
Nadie sabia que decirle mientras sus pasos resonaban por las finas y caras baldosas de los pisos de la casa presidencial.
La primera dama hizo una reverencia y salio atrás de su esposo.
Los antiguos líderes del estado de Seida se miraron entre ellos con confusión.
Ese día seria recordado en la historia.
El intentendente Martín miro a todos confundidos con la cabeza gacha sin omitir comentario alguno abandono el palacio, nadie sabia que iba a hacer pero todos estaban pensando en sus propias vidas preocupados por ellas como para pensar en la de los demás.
Lucas gobernador de la ciudad de Feler comenzó a golpearse la cabeza contra la mesa en pleno ataque de furia, pero nadie lo detuvo.
Jorge de Danas se sentó en la silla a seguir tomando su te.
Fue el único que tomo la situación con calma, los demás estaban entre la furia y la locura.

Martín corrió con toda la velocidad que sus piernas le permitían hasta su auto, sus guardaespaldas que al igual que los de los demás gobernadores esperaban afuera lo miraron con confusión reflejada en sus ojos, también los demás guardaespaldas.
Martín se subió a su auto de color rojo, era el más moderno que un ser humano pudiera comprar.
Tras subirse al auto salio del estacionamiento atravesó la larga entrada y salia hacia la carretera.
Mientras manejaba con su mano derecha agarro uno de sus celulares con la izquierda y llamo a su esposa.
- escúchame amor – dijo en cuando se sintió la voz de su mujer del otro lado – has que Víctor apronte su bolso, vos has lo mismo voy directo para Allá-
A continuación colgó y dejo caer su celular en el asiento del acompañante.
“si yo fuera Damian Tor gobernador de Acnia y quisiera tomar un país por la fuerza lo primero que haría seria derribar a sus gobernantes debo asegurarme que Víctor y Belén se vayan antes, yo debo quedarme para asegurarme que nadie los siga a ellos, si voy a morir que sea con honor”
Martín manejo por la ruta durante mas de dos horas, el celular sonaba incansablemente pero el no presto atención sabia lo que pasaría según la carta y según la misma opinión del presidente pronto los ejércitos Acnianos invadirían primero la casa presidencial y luego que tuvieran al presidente su próximo paso seria detener a los 12 gobernadores de Acnia así todo el poder de Seida quedaría paralizado.
Mientras el moderno auto conducía por la ruta a una velocidad que superaba lo permitido las miradas de los pueblerinos curiosos no dejaban de observarlo pasar.
Luego el lujoso auto cruzo un puente.
“ya falta poco” dijo nervioso
Eran sobre la madrugada cuando por fin llego estacionando el auto en el gran estacionamiento de su casa.
Cruzo el jardín en el que se encontraba su casa corriendo con todas sus fuerzas y cuando llego vio a Víctor y a Romina parada con los bolsos hechos.
Sonrío alegre al ver que seguían sanos y salvos.
Víctor era un joven de unos 20 años, un joven alto para su edad, muy poco robusto, de pelo castaño que le llegaba hasta los hombros, de ojos marrones pero que nunca se los dejaba ver debido a que siempre estaba con un par de lentes negros, su padre siempre lo había intentando convencer de que hiciera basketball o algún otro deporte pero Víctor no era fanático en especial del futbol, tenis o basketball.
Romina por otro lado era una mujer morocha con el pelo largo que le superaba los hombros, de unos ojos celestes que resaltaban entre mil personas y con una sonrisa encantadora.
Pero esa sonrisa se había desvanecido en este momento por una gran preocupación que se veía reflejada en su rostro.
- debemos irnos – dijo Martín – nos declararan la guerra vendrán por mi, ustedes deben irse -
Madre e hijo se miraron a los rostros y ambos estuvieron varios minutos para entender las palabras de Martín.
- no, no, no vos estas mal – dijo Víctor mirando con resentimiento a su padre.
- pasemos a la casa y hablemos como personas civilizadas – dijo Martín.
Al entrar en la casa los 3 empleados miraron confundidos a la familia ya que el nerviosismo se veía reflejado en sus rostros.
- vamos a la habitación – dijo Martín subiendo las largas escaleras, luego atravesando el eterno pasillo y entrando en una habitación de gran tamaño.
Cuando Víctor entro se sentó en la cama, Martín se quedo parado en la puerta y Romina en el medio.
- padre ¿que esta ocurriendo? -
- que se acabo hijo, lo que tanto temíamos llego acá, el presidente de Acnia nos ha mandado una carta diciendo que si no otorgamos el territorio ellos invadirán el país -
- ¿Qué ganarían con eso? – pregunto confundido Víctor agarrándose la cabeza con las manos.
- apropiarse de nuestras reservas de agua, tenemos una de las industrias que se encarga de distribuir el agua y cobrar sus impuestos mas grandes del mundo, por ese motivo Acnia nos va atacar apropiarse de esta reserva y utilizarla con su gente –
- ESO ES INHUMANO – Romina comenzó a llorar, Martín fue hacia ella con paso firme y la abrazo fuertemente ella se aferro a el
- el próximo paso de Acnia será atacar a los lideres, caerá el gobernados y sus gobernadores.
- padre nos quedaremos contigo – dijo Víctor levantándose y caminando hacia su padre pero este levanto su mano derecha señalando hacia el.
- debes irte Víctor, no debes ver lo que vendrá ahora, ¿sabes que pasara cuando el ejercito de Acnia llegue acá? La gente correera horrorizada, armas y armas mataran sin razón, muerte, caos, no quiero que veas esto por favor hijo debes irte –
- NO ME IRE, SI VAMOS A SOPORTAR ESTO LO HAREMOS JUNTOS –
- hijo espérame aquí – dijo Martín caminando hacia la puerta del dormitorio con paso lento – necesito tomar algo para calmarme -
“no quería hacer esto, pero es por el bien tuyo Víctor algún día me lo agradecerás, vivimos en un mundo cruel lleno de daño, maldad, donde la tecnología a dominado al hombre y ahora este mata porque si destruye por placer, pero no quiero que tu veas esto hijo, no quiero”
Martín llego a la cocina, enseguida la cocinera que estaba sentada en una silla descansando se levanto y observo al virrey con curiosidad, este nunca entraba a la cocina.
- sigue descansando carlota yo tengo una cosa que hacer -
Martín se dirigió al mueble donde guardaban las tazas de porcelana y preparo algo de café, sirviéndolo en 3 tazas, cuando se aseguro que la cocinera no miraba saco un pequeño sobre blanco y lo coloco en una de las tazas mezclándolo con el café.
“esto será suficiente” pensaba mientras caminaba temblando con una bandeja que tenia las 3 tazas “esto será suficiente para que Víctor duerma por una buena cantidad de horas, las suficientes como para sacarlo de la ciudad y llevarlo a un lugar seguro, lo lamento hijo” Martín no pudo evitar que algunas lagrimas cayeran de sus ojos aunque intento disimularlas al entrar en la habitación.
- vamos a calmarnos y a discutirlo de buena forma – dijo este tendiéndole una taza a Víctor y una taza a Romina, sonrío para sus adentros al ver como su hijo bebía todo el contenido sin quejarse, todos necesitaban calmarse.

Capitulo II
La Persecución

V
arias imágenes pasaron por la cabeza de Víctor al despertar.
El dolor era insoportable y el miedo no le dejaba abrir los ojos.
Luego dos palabras pasaron por su mente.
La necesito.
No sabia donde estaba ni que hacia y aun las fuerzas que tenia no eran suficientes como para poder abrir sus ojos.
Pero su droga era una necesidad.
“no puedo vivir sin ella”
Se dijo Víctor.
Cuando pudo mover sus músculos, lo primero que movió fueron los dedos de su mano derecha.
Haciendo cada movimiento lentamente Víctor termino de cerrar su puño.
Luego poco a poco movió su mano izquierda.
Después que sus dos brazos hubieran reaccionado, Víctor probo mover primero una pierna y continuación otra.
Finalmente abrió los ojos y usando su fuerza se levanto sentándose en la cama.
“¿Qué ha pasado? Alguien me ha drogado, el café, mi padre”
- ya te explicare todo con mas detalles – la voz que pronuncio estas palabras fue una voz ya familiar para el, una voz ronca y que siempre se escuchaba con una tranquilidad permanente.
- WILLIAM ¿Qué HA PASADO? –
El obeso y barbudo sirviente que antes trabajaba para el padre de Víctor como chofer miro al hijo de su patrón con tristura reflejada en sus ojos.
- tu padre dejo esto para ti – dijo estirando un sobre blanco:

Querido hijo se que seguramente me odiaras al saber lo que te hice, pero sabia que era la única forma de poder alejarte de acá sin que te negaras, tu madre se ha quedado conmigo no pude obligarla, tal vez podría haberle hecho lo mismo que te hecho a ti pero el miedo no me ha dejado, el miedo a quedar solo.
Espero que sepas perdonarme solo quiero tu bien, no quiero que veas las casas de tus amigos, de tus vecinos en llamas, la gente que conoces en las calles. Esta es una guerra que comenzara y precisamente no de forma pacifica hijo.
Con tu madre te queremos.
En tu mochila tienes un sobre cuando te sientas preparado debes abrirlo, no ahora ni en un día, si no cuando de verdad sientas que debes hacerlo.
Adiós
Te queremos

Víctor miro el sobre blanco.
Las lágrimas cayeron sobre la tinta de la lapicera arruinando el papel.
- me drogo para sacarme de la casa – William se acerco mas lentamente para escucharlo y cuando entendió las palabras de este bajo la cabeza con pena reflejada en su rostro.
- yo lo siento joven Víctor, ahora estamos en un hotel, a más de dos horas de su ciudad, estamos en la ciudad de Imaginacion –
- tenemos que volver – dijo Víctor levantándose y vistiéndose rápidamente.
- intente perderlos – dijo con pena William mirando a su amo directo a la cara
- ¿de quienes hablas Will? –
- de ese auto que nos ha estado siguiendo, son dos hombres, uno de lentes delgado y otro robusto y morocho.
- ¿siguiendo?- pregunto confundido Víctor dejando la camisa que se estaba poniendo para mirar directamente hacia el rostro barbudo de su chofer.
- nos han perseguido desde que salimos de la casa de tu padre, intente realizar algunas maniobras para perderlos pero ha sido imposible, mira para la ventana de forma disimulada –
Las persianas estaban cerradas por lo que Víctor lo uso como excusa levantándose lentamente y abriendo ambas persianas con delicadeza fingiendo que miraba al cielo.
- es ese auto negro de la esquina – William miro sin bajar el rostro y observo que estaba el auto estacionado, era un auto antiguo ni de los mas nuevos del mercado ni de los mas viejos.
- supongo yo que el modelo es para pasar desapercibido – dijo el chofer – señor Víctor lo traje aquí para que pudiera descansar mañana continuaremos alejándonos mas, ninguna ciudad es una fortaleza ahora, al principio pensé que solo podían ser sospechas del señor Martín, cuando vi que un auto nos vigilaba supe que era algo mas que una simple sospecha –
- ¿A dónde me llevas Will? – pregunto confundido Víctor si ese lugar no era su paradero oficial no se le ocurría donde podía ser.
- como tu sabes tu padre antes de ser gobernador de su ciudad, Alegría era jefe de una de las empresas mas importante en tecnologías de la ciudad La Luz, bueno los rumores decían según sus indicaciones que en el bosque alejado de todo vivía una mujer a mitad del campo en una casa.
Si esa casa sigue ahí seguramente será un buen refugio y en cuanto lo que concierne a la mujer el señor Martín cree que a esta edad debería estar muerta, pero dijo que en ningún caso te negaría el asilo –
- ¿y tu que Haras William? -
- el señor Martín dijo que luego de esto mis servicios reales terminaban, pero mas que un pedido es todo un honor esta misión que me ha encomendado-
- igual estamos atrapados en el hotel – pensó Víctor mirando hacia el auto estacionado en la esquina.
- no señor Víctor nos escaparemos sin que ellos se den cuenta –
Víctor miro al obeso y barbudo chofer quien tenia un rostro de estar divirtiéndose en esta situación.
- ¿Cómo haremos? – la curiosidad invadió al hijo del gobernador.
- a las nueve nos iremos –
El reloj de pared colgado encima de la cama de dos plazas del hotel marcaba las ocho y cuarto.
Aun faltaban cuarenta y cinco minutos.
Víctor no pregunto que tenia pensado hacer William si no que confío en su palabra.
Los minutos parecían horas.
Finalmente eran las nueve.
William que hasta ese entonces permanecía sentado en la cama de dos plazas se levanto con un rápido movimiento consultado su reloj pulsera que permanecía en su muñeca del brazo derecho.
- vamos – dijo el chofer y se encamino con paso lento y silencioso hacia la puerta.
Mientras colocaba su mano en el pestillo de la puerta, miro a Víctor directo a los ojos.
- deséenos suerte joven Víctor la necesitaremos -
William salio quedándose cerca para cerrar la puerta tras la salida de Víctor.
Ambos bajaron la escalera cuando el silencio de la mañana fue destruido por una sirena.
“ha llamado a la policía” fue el primer pensamiento del hijo del gobernador, pero luego se dio cuenta que no era una sirena de policía si no de.
Al abrir la puerta vio tres camillas y cerca de ellas dos médicos y al lado un hombre delgado con unos lentes oscuros que miro al chofer y a Víctor analizándolos.
- ¿Quién es el que nos pagara por este servicio? – pregunto el hombre que no tendría mas de treinta años.
William saco un sobre que extendió al hombre este lo abrió y contó el dinero que había adentro.
- bien, fumare un cigarro y empezaremos -
Sacando una caja de cigarros agarro uno al azar y lo prendió.
- tu iras en esa camilla – señalo a William la primera camilla
- y tu – señalo a Víctor iras en la segunda yo iré en la ultimas, seremos sacados por los médicos y nos meterán en la ambulancia, si son dos los que vayan al hospital podría ser sospechoso pero tres pensaran que son otros de los que habitan el hotel, a unos dos kilómetros los bajaremos donde hay un auto esperándolos, el auto es antiguo pero con el dinero que nos dieron no podíamos darles algo mejor -
- este bien – dijo William – nos servirá lo suficiente como para perderlos de vista -
El hombre de los lentes negros asintió con la cabeza, tiro el cigarro y lo piso con el pie derecho.
- es la hora -
Tal como lo planeado Víctor fue hacia la camilla dos, mientras que William y el hombre de lentes negros al que Víctor desconocida el nombre se tendieron cada uno en una cama distinta.
Los médicos fueron cada uno hacia las camillas y comenzaron a empujar de ella saliendo por la puerta rápidamente.
Los curiosos miraban mientras los 3 hombres eran subidos a la ambulancia quien prendió la sirena y se alejo del hotel a toda velocidad.
La camioneta agarro en línea recta y doblo en dirección contraria al auto estacionado.
Luego de alejarse del hotel el conductor apago la sirena
Víctor sentado en su Camilla miraba nervioso el reloj.
- cálmate – dijo el dueño del simulacro – todo esta bien, iremos un kilómetro mas lejos donde los esperara un auto.
En ese momento la ambulancia doblo de forma brusca que hizo casi caer a William y a Víctor.
El hombre de lentes golpeo la ventanita que estaba en la pared que separaba el área del conductor de la de los pacientes.
Este abrió la pequeña ventana.
- ¿Por qué has doblado? debíamos seguir en dirección recta al menos unos 10 minutos más -
- nos están siguiendo – respondió el conductor nervioso – pero no es el mismo auto si no otro, uno negro –
- deberíamos haber sabido que no mandarían un auto solo a vigilarnos – dijo William nervioso
- me temo que no puedo hacer más por ustedes – dijo el hombre de lentes, lo intentaremos perder a los menos 5 minutos los suficientes como para que ustedes suban al auto que los espera y se alejen de aquí –
- ¿porque? – Grito Víctor agarrándose la cabeza con las manos – porque no siguen, no hemos hecho nada –
- no es tu culpa joven Víctor – dijo William luego de un silencio incomodo en la ambulancia mientras el conductor encendía la sirena nuevamente y superaba la velocidad con la que había conducido hasta el momento – te persiguen porque eres hijo de uno de los doce gobernadores de Seida, si quieren atacar deben interceptar a los lideres nacionales y tu padre es uno de ellos –
- EL AUTO ESTA ATRÁS NUESTRO –
Los nervios invadían a los ocupantes de la ambulancia.
- BENDITA SEA DIOS – dijo el conductor alegre – UN POLICIA DE TRANSITO LO HA DETENIDO POR EXEDER EL LIMITE DE VELOCIDAD -
El hombre de lentes negros dejo entrever una sonrisa satisfecha.
- es nuestra oportunidad llévanos, hacia el auto – saco un par de llaves de su bolsillo y se lo arrojo a William.
- acá están las llaves del auto, tienen que bajarse rápido y irse no importa en que dirección –
William asintió con la cabeza, los nervios estaban reflejados en su rostro.
“si llegamos a dejar la ciudad el señor Víctor podrá empezar una nueva vida y yo podré comenzar de nuevo”
La ambulancia freno estruendosamente.
- rápido, chau y suerte - el hombre abrió la puerta y apenas salieron Víctor y William vieron un auto rojo en mal estado estacionado en la esquina.
La ambulancia se alejo en dirección opuesta y en eso aprovecharon William abrió la puerta del auto y condujo en línea recta.
- por fin se termino todo – dijo William conduciendo sin desviar la vista del camino.
Luego de dos horas de manejar, mientras el atardecer llegaba William seguía conduciendo con gran cansancio reflejado en sus ojos.
Los límites de la ciudad ya estaban atrás, mientras el antiguo auto rojo seguía yendo por el bosque, en un camino de pedregullo que parecía no tener final.
- según las indicaciones dadas la casa de esa mujer deben estar a unos quince minutos de viaje más – dijo William - una vez que te deje ahí volveré para atrás -
En ese momento William cerro los ojos unos segundos muestra que estaba cansado.
Pero esos segundos fueron suficientes.
El auto se desvío de la ruta yendo directamente hacia un árbol que quedaba en el lado derecho del camino.
William abrió los ojos y intento frenar de golpe pero el tiempo jugo en contra y cuando querían ver el árbol estaba a escasos centímetros.
La última imagen que tuvo Víctor antes de desmayarse fue la de su chofer con la cabeza en el volante inconsciente.
Luego cayo inconsciente.
Capitulo III
María

“N
o es fácil vivir la vida que he vivido yo” pensó María mientras se encontraba sentada abrazándose las rodillas y tapándose la cara.
María era una mujer de unos 54 años que durante más de 20 años se había dedicado a la prostitucion, cuando las leyes del gobierno Seidano habían declarado a la prostitucion como un negocio ilegal debido a la probabilidad de contraer enfermedades que se transmiten mediante la actividad sexual, problema que había aumentado considerablemente en la época actual, María se había visto obligada a dejar su trabajo ya que a las prostitutas que fueran encontradas serian obligadas a pagar una multa que para la mayoría de la población de Seida era considerada millonaria.
Con 48 años en la época actual donde el trabajo se manejaba prácticamente através de una computadora María no había logrado conseguir nada ya que en casi todos los trabajos a los que se había presentado la habían calificado como una mujer “de edad inadecuada” para la decenas de empleos en los que se habían presentado.
Si bien los antecedentes de María no la ayudaban a conseguir un buen trabajo ya que una ex prostituta de 48 años no era el mejor ejemplo de vida y no era el modelo de empleado ideal tenia otro defecto que dificultaba a María la obtención de trabajo.
La residencia de María era lejos de cualquier ciudad, la mas cerca le quedaba a dos horas de viaje y como sus recursos no le daba para pagar un taxi todos los días se había acostumbrado a ir caminando, pero donde el empleo quedara mas al centro de la ciudad llegar hasta aquí podría llevarle hasta mas de seis horas de duro caminar o bajo los fuertes rayos del sol que azotaban a Seida durante el verano o sea por los espantosos vientos que invadían el invierno en especial a primera hora de la mañana.
“si tan solo tuviera un marido que me llevara hasta el trabajo o que trabajara mientras yo me ocupo de la casa”
Entonces varias lágrimas salieron de los ojos de la mujer.
Una regla que tenía María era no pensar en su ex prometido pero aun más de veinte años después esto se le dificultaba.
Mas que pensar en su ex prometido, pensar en la época esta era lo que entristecía a Mariah ya que hacia unos veinte años que esta había perdido a su única razón de vivir.
Hacia casi veintiuno años de eso acontecimiento pero María había pensado en eso cada día de su vida:


Cuando María aun era joven en el área de la prostitucion había conocido a Nicolás.
El primer encuentro de ellos habían sido por trabajo Nicolás había pagado por tener una noche de sexo con María y esta lo había tratado como otro tanto de los clientes que tenia a diario.
Pero Nicolás había continuado yendo más seguido y cada vez sus noches eran con más cariño.
Hasta que un día Nicolás le había dicho que estaba enamorado de ella y que no quería que ella vendiera su cuerpo así por dinero.
Ella había aceptado y empezaron a salir para conocerse más.
Al mes María y Nicolás eran novios y ella había abandonado su casa a mitad de la nada por mudarse con el a la ciudad.
Todo parecía que la vida de María iba a enderezarse pero fue una noche que todo el equilibrio que ella había conseguido se desequilibro de nuevo.
María volvía de repartir curriculum vitae.
Era una noche oscura y el viento soplaba con gran fuerza mientras el estrellado cielo comenzaba a nublarse lentamente.
lo que aconteció fue un espectáculo totalmente inhumano.
Mientras caminaba María sintió unos pasos que cada vez eran más rápidos.
Ella reacciono a estos pasos apresurando la marcha sin animarse a mirar atrás.
“Tal vez no es nada” se dijo para sus adentros “tal vez sea solo yo”
Entonces sintió como alguien la agarraba del brazo la empujaba hacia atrás y colocaba algo filoso sobre su cuello sin poder ver lo que era.
- si gritas te asesino – dijo la voz hablando suavemente, era una voz gruesa aunque intentaba disimularlo.
María asintió con la cabeza sin fuerzas para emitir sonido.
Esa noche María había sido llevada a una habitación la cual no pudo ver debido a que le taparon los ojos y luego en esa habitación fue golpeada y abusada sexualmente.
Esa horrible noche quedaría grabada en la mente de María.
La suerte le había dado a la ex prostituta una nueva oportunidad.
María luego de eso había sido drogada y abandonada en un viejo terreno.
Esta había declarado pero no habían podido dar con los culpables debido a que ella no había podido ver su rostro, ni recordar el lugar donde había sido trasladada, de hecho se consideraba afortunada de aun continuar con vida.
María había estado yendo a psicólogo por un mes debido a este hecho.
Pero esa tarde fue cuando María hizo el descubrimiento de algo que ya sospechaba con anterioridad.
Algo que hizo que Nicolás la dejara.
Algo que hizo que ella volviera a su abandonada casa a mitad de la nada.
María estaba embarazada.
No podía ser de Nicolás debido a que ellos siempre se habían cuidado y después de lo ocurrido María y Nicolás no habían tenido sexo nuevamente, por lo que el embarazo tenia que ser de el.
Aquel hombre que la había golpeado tan violentamente y había abusado de ella.
Los mareos habían comenzado una semana antes de que ella confirmara su embarazo.
Cuando comenzó a sentirse mal María fue al medico y se hizo un test de embarazo.
Al principio no sabia si llorar.
Si reír.
Pero sabia que ahora tenia una responsabilidad, María estaba convencida que Nicolás aceptaría este hijo como si fuera suyo.
Pero esto no ocurrió.
Cuando Nicolás llego del trabajo, María lo beso lo agarro de las manos y sentándose juntos en el sillón le contó el problema con el temor reflejado en sus ojos.
Mientras ella le contaba la situación parecía como que el tiempo hubiera parado, las agujas del reloj no se movían, el clima se había detenido ya no sentía el excesivo calor que había sentido todo el día y no había movimiento, los autos no tocaban bocinas, la gente no conversaba lo único que se sentía eran ellos dos conversando.
Cuando Nicolás termino de escuchar el problema de María dijo las peores palabras que María podía imaginarse.
- no te preocupes mi amor, abortas y listo problema solucionado -
Ese día María agarro sus pertenencias y con paso lento y con lágrimas en los ojos decidió volver a su antigua casa abandonada.
La pena y el llanto invadían a María mientras caminaba con un bolso en su espalda y con una mano se tocaba la panza cada pocos minutos.
Luego de cuatro horas de caminar solas en la oscuridad, con un frío incontrolable y un temblor constante.
El día de su embarazo María había corrido hacia la carretera, cuando fue encontrada por un hombre que la llevo en auto hasta el hospital mas cercano.
María lloraba de felicidad y tristeza a la vez por fin iba a ser feliz con su hijo, cuando si vida le había sacado todo lo que poseía se lo había devuelto con unas manos tan pequeñas como ninguna con un llanto que alegraba el corazón de cualquiera y unos pies que eran tan divinos como el resto de su cuerpo.
Eso pensó María la primer noche con el bebe en sus manos.
Pero la alegría de ella duro poco.
Pronto caería en una pena que no tendría final.
Si la vida la había golpeado con dureza aun le faltaba un ultimo golpe con fuerza para derribarla.
Había conseguida un empleo para cuidar a un niño de tan solo 8 años, esto lo realizaba durante la mañana, durante la tarde ejercía el cargo de cuida coches en un mercado y durante la noche descansaba.
Este era el día de María.
Un día cansador pero ella solo pensaba en su hijo, no quería que este viviera en la pobreza si no que quería que tuviera todo, todo cuanto ella le pudiera dar.
A los dos meses María se encontraba en su casa sola con el bebe.
Era difícil cuidar de su hijo pero María se arreglaba bastante bien.
Pero toda esa alegría y vida se acabo, una tarde cuando unos hombres entraron en su humilde hogar, estos estaban con su rostro cubierto por lo que ella no pudo reconocerlos, pero antes de que pudiera reaccionar le habían sacado a Héctor de sus brazos y se habían alejado en un auto que no tenia patente.
A pesar de hacer la denuncia Héctor nunca apareció.

- BASTA – grito María con enojo levantándose, sus piernas le temblaban de la bronca y golpeo la pared con fuerza.
“todo eso no importa, es pasado no se que será de la vida de Héctor solo espero que este bien”
María se dejo caer sobre sus rodillas y lagrimas en los ojos, se coloco su mano derecha sobre el lado donde estaba su corazón.
“Héctor, hijo estoy contigo en todo momento”
El joven al lado suyo se movió mientras permanecía en un sueño profundo.
Por primera vez en muchas horas María se fijo en el muchacho que descansaba herido a unos metros suyo.
El auto del accidente había volcado a tan solo unos metros de la vieja casa de María y ella había intentado ayudar al otro hombre que manejaba pero esto había sido imposible aquel hombre obeso y de larga barba estaba muerto.
El otro joven, un muchacho castaño de unos veinte años aun respiraba, cuando María lo encontró lo llevo a su casa y le había cosido las heridas y luego limpiado.
El joven permanecía dormido desde ese entonces.
Con dificultad María le había sacado el colchón antiguo en que ella solía dormir y lo había colocado en el suelo con dos de sus frazadas y un almohadón así el joven podía deskansar cómodo.
El joven seguía herido.
Pero llevarlo a un hospital no seria sencillo hoy en día, María había ido a una farmacia esa mañana cuando la noticia que llego a sus oídos era de no creer.
Primero lo había escuchado entre conversación de las chusmas vecino de la ciudad y luego lo había visto en un encabeza del diario en mayúscula: “EL GOBERNADOR Y LA PRIMERA DAMA ACUSADOS DE TRAICION, EJERCITO ACNIANO ATACA LA CAPITAL DE SEIDA, LA PAZ”
“el gobernador y la primera dama prisioneros y cayo la ciudad principal, ¿tendrá algo que ver con el accidente de auto?, es raro que un vehiculo se encuentre en zonas tan lejanas de la ciudad”
Tras esta noticia María había decidido volver a su casa.
El ejército podría llegar a la ciudad en cualquier momento.
Mientras María recordaba este incidente, vio al joven que se movía impaciente en su cama.
“mi hijo tiene su misma edad, si es que aun vive” pensó la mujer mientras se iba durmiendo lentamente cerrando los ojos, uno por uno.
Finalmente cayo presa del cansancio.
Fue un grito de dolor lo que hizo que cerca de la madrugada María se despertara sobresaltada.
“el muchacho” fue lo primero que pensó al abrir los ojos y lo vio, sentado en el colchón con el sudor rodeando su rostro y con la vista cansada fija en ella.

Capitulo IV
Primera conversación

L
a confusión se veía reflejada en los ojos del desconocido.
María observo al joven que pareciera que quería realizarle cientos de preguntas pero a la vez no se animaba a realizar ninguno, o mejor dicho seria no encontraba forma de preguntarlas.
El joven que tenia heridas en su brazo derecho, en el vientre y un tajo en su frente, el cual había sido cosido por María, quien no solo le había cosido el resto de las heridas si no que las había limpiado para asegurarse que no se hubiera infectado.
Lo primero que hizo fue buscar por todos lados algo o alguien, enseguida María se dio cuenta de lo que buscaba el joven.
- el hombre que iba contigo ha muerto, lo siento mucho -
Este no hablo, escondió su rostro entre sus dos manos y comenzó a llorar en silencio.
María quería decir algo para consolarlo, pero cualquier palabra que digiera en ese momento seria totalmente absurda.
- mi nombre es María, encontré el auto cerca de mi casa, habían chocado, estabas herido, te recomiendo no hacer esfuerzos – María intento usar un tono que diera tranquilidad pero esto era imposible en ese momento.
- Víctor – dijo el joven sin pronunciar mas nada.
- tu. Es raro que alguien tome este camino salvo que este buscando algo, esto. ¿Tiene alguna relación con la guerra? – al ver la cara que puso Víctor, María se arrepintió de su pregunta.
- ¿Qué guerra? – pregunto el joven
- lo siento pensé que lo sabias, Acnia ha mandado a su ejercito y a tomado la ciudad central de Seida, el presidente y la primera dama han sido detenidos y cualquier revolucionario que se haya opuesto a esto ha desaparecido, esto ocurrió un día después de que el presidente disolviera ambas cámaras de senadores y diputados, el vicepresidente de la nación ha escapado, así como se dice que van a escapar los 12 gobernadores. Ha sido terrible, todo por culpa de esto
María señalo una botella con agua que estaba en un rincón- ¿quieres un trago? Debemos hacer que nos dure al menos 4 días -
Víctor negó con un gesto.
- ¿Cómo pudimos terminar así? No entiendo, es solo compartir, distribuir el agua equitativamente entre las naciones, no es necesario llegar a estos métodos -
- esto recién ha empezado Víctor, desgraciadamente -
- America latina ha quedado incomunicada, dicen que estados unidos les han quitado todo, no solo su agua si no sus tecnologías su dinero, ya no queda nada de nada, su gente ha sido encerrada en su territorio lo único que pueden hacer es esperar a la muerte con dignidad -
- así que en esas anda el mundo – la pena que sentía Víctor en ese momento no se comparaba a nada, se acerca el final de los humanos y le estamos abriendo las puertas, MALDITA SEA ¿se sabe algo de los 12 gobernadores?-
- lo siento han desaparecido, todos ellos –
El silencio invadió la casa alejada de todo rastro civilización.
- debo irme – dijo Víctor y hizo amague de levantarse pero enseguida el dolor volvió a el y lo obligo a acostarse nuevamente.
- debes hacer reposo al menos unos días – dijo María – te prometo que luego yo mismo te ayudare a volver a la ciudad para hacer lo que debas hacer –
Víctor maldijo parea sus adentros con furia.
- de acuerdo – dijo finalmente y se sentó nuevamente en el colchón.
- tengo algo de comida – dijo la ex prostituta – te serviré no es mucha pero hoy en día es difícil encontrar algo –
- no te preocupes – dijo Víctor con voz apagada – lo que me des esta bien –
Luego de que María le diera algo de fruta a Víctor este agradeció y casi sin darse cuenta cayo preso de un profundo sueño.
Eran cerca de las ocho de la mañana cuando una necesidad despertó a Víctor del sueño.
El sudor cubría su rostro y María estaba dormida en un sillón roto a unos metros de el.
Una rápida mirada del joven basto para encontrar lo que buscaba.
A unos metros de el la mochila que había traído algo de ropa.
Estiro su brazo derecho y luego sus dedos logrando alcanzar la misma y atrayéndola a la cama.
Abrió el cierre rápidamente casi arrancándolo de la mochila y lo primero que cayo de esta fue un sobre, fue cuando Víctor recordó las palabras escritas por su padre en la anterior carta:

En tu mochila tienes un sobre cuando te sientas preparado debes abrirlo, no ahora ni en un día, si no cuando de verdad sientas que debes hacerlo.

El deseo de abrir y leer el contenido de dicho papel era casi insostenible, pero Víctor decidió hacerle caso a su padre y seguir esperando para leer su contenido.
Comenzó a tirar la ropa, buscando un buzo blanco que encontró al fondo de la mochila, el buzo estaba envuelto.
“allí esta” se dijo con alegría Víctor, era la única cosa que hoy por hoy lo alegraba.
Pero cuando desenvolvió el buzo no estaba.
Alguien lo había sacado.
- tire lo que buscas – el joven hijo del gobernador se dio vuelta y su mirada se cruzo con la de María que lo miraba directamente a los ojos, el joven no pudo mantener la mirada por mucho tiempo y la bajo enseguida – entiendo que pases un periodo difícil pero las drogas no van a hacértelo mas fácil -
- dámelas – dijo Víctor con los ojos rojos de furia – ME AYUDAN SI TU NO SABES –
- no lo hacen no, tú te has metido esa idea en la cabeza pero no es así Víctor –
- ¿Por qué has osado revisar mis cosas? –
- estabas herido, buscaba algo que me ayudara a curarte y lo vi –
- ¿Dónde lo has dejado? – Víctor tuvo un impulso de levantarse pero su pierna derecha seguía herida por lo que volvió a caer sobre el colchón.
- me he desecho de ellas a donde no tienen retorno Víctor, dije que iba a ayudarte y es lo que voy a hacer –
- entonces DAME MIS MALDITAS DROGAS – grito Víctor con furia
- voy por mas comida – dijo María dándose vuelta y saludando a Víctor con un gesto.
“si Héctor aun estuviera a mi lado yo se que haría lo mismo por el”
Al abandonar la pequeña casa María salio hacia el bosque.
A lo lejos podía verse la ciudad.
Hacia ya dos días no regresaba a ella motivo por el cual no podía conocer los sucesos recientes, lo ultimo que había llegado a sus oídos era que todos los gobernadores habían desaparecidos de sus respectivos hogares y se encontraban fugados.
Las piernas de María se debilitaron provocando que esta cayera al suelo de rodillas.
Estuvo varios minutos antes de poder levantarse y cuando pudo moverse comenzó a llorar de la bronca.
María tenía una enfermedad de la cual no se conocía aun su origen o que daño causaba ene l cuerpo de ella por lo tanto no se conocía una cura.
Lo único que María sabía que siempre que pasaba por un disgusto o por un estrés su cuerpo se sentía como si este perdía fuerza, hasta ahora siempre podía levantarse pero ella sabía que un día caería para no volver a levantarse jamás.
“bastante motivos tengo para estar deprimida” pensaba María mientras caminaba por el bosque “tengo a un joven drogadicto en mi casa herido y a duras penas logro mantenerme yo misma y en algún momento se que me encontraran, no quedare al margen de esta guerra”
Pronto el conflicto mundial afectaría a todos, resultaba difícil el hecho de reconocer que Seida estaba en sus últimos momentos pero María ya no temía a la muerte por lo que se sentía preparada para ella “mi muerte llego el condenado día que esos hombres se llevaron a mi Héctor” pensaba la madre deprimida cuando decidió sentarse en un tronco caído que había al lado de ella.
Ese tronco siempre era usado por la anciana mujer cuando necesitaba pensar en soledad.
Aunque encontrar soledad no resultaba muy difícil en esa cabaña alejada de todo, la mujer disfrutaba estar sentada al aire libre.
Minutos, Horas, María seguía sentada allí sin saber con exactitud el tiempo en el que continuaba allí pensando en que seria de su hijo si es que aun continuaba con vida.
Clac.
“alguien esta cerca mío” pensó María en silencio y casi sin respirar se quedo escuchando el supuesto silencio del anochecer.
Otra pisada.
Alguien caminaba hacia ella.
“debo correr, hacer algo, no puedo continuar acá, aun no se que esta ocurriendo en el mundo exterior como para andar interactuando con otros, bastante es tener a un desconocido drogadicto en mi hogar”
Otro pasó más.
María se levanto con gran velocidad y giro hacia atrás.
En ese momento la mirada suya se cruzo con la de un hombre de baja estatura y un bigote que se destacaba con facilidad en su rostro.
El hombre cuando vio a María comenzó a temblar de pies a cabeza y se alejo corriendo por la misma dirección en la que había venido.
El deseo de correr de María hacia su hogar y el deseo de averiguar quien era ese hombre misterioso se encontraron.
Finalmente decidió correr a aquel hombre, no parecía un militar Acniano ni tener malas intenciones.
El hombre corría torpemente con la mirada baja esquivando todos los árboles, María lo seguía con facilidad.
El hombre detuvo su marcha dando la cara hacia María.
- por favor llévame a mí pero deja al muchacho -
En ese momento la mujer vio a un niño que no tendría mas de diez años amarrándose de la pierna de aquel hombre del bigote temblando de miedo.
Por unos segundos ninguno de los tres presentes hizo ningún comentario.

Capitulo V
Recuerdos

V
íctor logro moverse lentamente.
El dolor disminuya aunque las heridas seguían ahí.
Pero esa era su oportunidad, se decía una y otra vez, de buscar lo que aquella mujer le había sacado.
Tas decir que había ido a buscar comida María había dejado la cabaña.
No sabia donde se encontraba ni le importaba.
“solo quiero lo que me ha quitado” revolviendo cada rincón, evitando gritar de dolor en varias ocasiones tras estirar mucho su cuerpo herido.
“en unos días perdí a mi familia, a mi chofer, a mis amigos, mis pertenencias tanto cuesta a esta mujer darse cuenta de lo que he sufrido, solo busco una pequeña ayuda para sentirme mejor”
Tras darse por vencido finalmente Víctor se dejo caer en el colchón y fue cuando la idea de irse paso por su mente.
Sabia que quería y que debía hacerlo pero la pregunta de a donde ir detuvo el primer impulso de salir por la puerta.
Ya habían pasado dos días desde que estaba allí y si la guerra había comenzado lo mejor seria no abandonar esa habitación.
“padre, madre, María me dijo que ustedes habían desaparecido, espero simplemente que estén bien y William perdóname por todo, no te merecías nada de esto, aunque en realidad te envidio ¿sabes? Te ahorras vivir en este maldito mundo sin utilidad alguna”
Las lágrimas comenzaron a caer por los ojos del hijo del ex gobernador, fue cuando disfruto de la ausencia de María para poder desahogarse en lágrimas tranquilo.
Martín había criado a su hijo bajo las enseñanzas de los hombres no lloran por eso al joven le dificultaba expresarse libremente cuando tenia que hacerlo.
En ese momento fue cuando el joven se percato que María tendría que haber vuelto.
“¿y si le paso algo? Y bueno a mi que me importa” Víctor tenia un duelo contra si mismo “si me importa si ella me salvo la vida, pero me quito, NO, QUE IMPORTA UNOS GRAMOS, estoy hablando de una vida humana”
Con decisión el hijo del ex gobernador abandono la cabaña lentamente para ir a buscar a la desaparecida mujer.
Al salir fuera de la cabaña tuvo que taparse los ojos con su brazo debido a la dificultad para ver con el sol, había estado dos días sin salir y lo habían afectado.
- MARIA – grito abriendo los ojos nuevamente.
Se quedo en silencio esperando una respuesta.
“bueno no se puede decir que no lo intente” dijo girando hacia la salida del bosque.
Fue cuando se detuvo.
- como se sale de acá – pensó Víctor al darse cuenta que el no conocía la salida del bosque.
Maldijo para sus adentros.
Hasta ahora el plan había sido sencillo:
Esperar hasta estar recuperado de sus heridas, luego volver a la ciudad para buscar a sus padres que al parecer estaban desaparecidos.
Otro pequeño detalle paso ante los ojos de Víctor en ese momento “aun me siguen buscando” el auto que lo había estado persiguiendo lo habían perdido pero eso no significaba que no siguieran atrás de el aun.
La imagen de William apareció ante sus ojos provocando que las lágrimas volvieran a salir de los mismos.
Eso trajo un recuerdo del día que el y William se habían conocido, en ese momento Víctor era un joven de diez años malcriado e inmaduro:

- basta Víctor – Martín miro a su hijo con severidad – estoy teniendo una reunión aquí.
El niño miro a su padre con desprecio que estaba en la oficina de al lado de la gran sala de juegos de Martín.
- ESTE TREN ES UNA PORQUERIA – dijo pegándole una patada al famoso juguete que había revolucionado la tecnología infantil de la época.
El tren mental venia con dos pequeños aparatos llamados Bots, los bots iban, uno en el tren y el otro en el cuerpo humano, generalmente sobre el rostro o el cuello si no querían que se viera y lo que el niño pensara el tren lo hacia dentro de sus posibilidades, si el niño pensaba en que el tren frenara este lo hacia, bots eran unos pequeños chips que se comunicaba con el sistema nervioso del que lo tuviera sobre su cuerpo y lo trasmitía al otro bot del tren.
- BASTA VICTOR – Romina entro en la sala y golpeo a su hijo con una simple palmada en el rostro.
A unos metros de distancia Víctor escuchaba a su padre decir:
- me alegra tenerlo entre nosotros señor William –
Encaprichado Víctor sin dirigir la palabra a su madre o a su padre abandono la habitación hacia el jardín donde decidió llorar en silencio.
Luego de quince minutos de llorar en silencio fue cuando Víctor escucho una voz sentada al lado suyo.
- un tren es un tren ¿sabes? De niño hubiera dado lo que sea para tener un juguete así -
Víctor levanto la mirada y vio a un hombre obeso al lado suyo, aun no se había dejado crecer la barba.
- ¿Por qué no te comprabas? – pregunto Víctor tímidamente.
- somos de mundos diferentes joven Víctor, mi familia era pobre y tuvo que hacer grandes esfuerzos para poderme pagarme los estudios, una vez me comprar un juguete una figura de acción de Batman, hasta el día de hoy guardo esa figura ya que fue mi único juguete, mis padres me habían dicho que lo encontraron en la calle pero yo supe que lo había comprado con gran esfuerzo -
- pero ¿un juguete en toda tu infancia? – Víctor parecía no entender la situación.
- como te he dicho somos de mundos diferentes joven Víctor, disfruta tu tren, piensa que es especial y que tal vez otros niños darían mucho por tener ese mismo juguete que tú desprecias –
Víctor se levanto del banco y sonrío a William. - ¿Cómo te llamas extraño? – pregunto sonriente, había dejado de llorar
- William soy tu nuevo chofer, así que nos veremos seguidos -
Víctor sonrío y se alejo corriendo a jugar con su tren.

Víctor se levanto del suelo con los ojos llenos de lágrimas.
“William era un padre para mi, el me enseño a vivir, me enseño lo justo de la vida”
- PORQUE TE LO TUVISTE QUE LLEVAR ASI, VIVIO PARA MI Y MURIO PARA MI, NO ES JUSTO – los gritos de Víctor llevaban dolor y angustia en sus palabras.
- Victoreé – María llego corriendo hacia el lugar donde se encontraba el.
- María Salí a buscar…
Atrás de la mujer apareció un hombre que miraba a Víctor con miedo en sus ojos.
- ME TRAICIONASTE –
- NOOO – María grito y avanzo un paso hacia Víctor haciendo que este diera un paso para atrás.
- sabias que soy hijo de un gobernador por eso me vendiste – Víctor se dio vuelta y intento alejarse corriendo pero sus heridas aun no sanaban y no estaba lo suficientemente fuerte como para forzar mucho el cuerpo por lo que rápidamente cayo, a causa de un profundo dolor en el cuerpo.
María se acerco al joven al cual su herida en la pierna había vuelto a abrirse.
- tengo conocimientos de medicina – dijo el hombre acercándose tímidamente a Víctor.
María lo miro con agradecimiento en los ojos.
- Santiago por favor ayúdalo -
Cuando este quiso acercarse a Víctor, el hijo del ex gobernador lo alejo con su mano rechazándolo.
- ¿Qué quieres curarme para enviarme prisionero? -
- no entiendes, no estoy con el gobierno Acniano, al contrario estoy escapando –
Parecía que Víctor fuera a replicar nuevamente pero el dolor lo hizo callarse.
Su pierna invadida por el color rojo pudo más que su capricho.
Entre María y Santiago lo trasladaron hacia la cabaña.
Luego Víctor no supo nada mas porque victima del cansancio y del dolor se durmió profundamente entre los pensamientos del chofer muerto que aun seguían intactos en su mente y mas fuertes que nunca y el dolor por su herida en la pierna derecha que no lo dejaba moverse como el deseaba.

Capitulo VI
El niño y el adulto

L
o primero que vio Víctor al despertar fue a un niño sentado en una silla al lado suyo.
Víctor lo estudio atentamente, era un joven rubio de unos diez años con una mirada fría y penetrante.
- hola – dijo el hijo del gobernador.
El niño lo miro fijamente y continúo mirándose la pierna moviendo los dedos.
- ¿Cómo te llamas? – Víctor hizo otro intento por mantener una conversación con el niño pero este no volvió a responder solo lo miro fijamente.
Al darse cuenta que era inútil intentar que el joven respondiera se saco la sabana y las dos frazadas que lo cubría.
Su pierna derecha estaba vendada completamente.
- ¿sabes quien me curo? -
El niño rubio volvió a mirarlo fijamente pero no respondió.
- PERO MALDITA SEAS NIÑO, DI ALGO – grito Víctor
- cálmate, el niño no habla -
- eres tu – dijo Víctor intentando levantarse pero su pierna lo impidió, señalando con su dedo de la mano derecha al hombre del bigote que había visto con María anteriormente.
- mi nombre es Santiago, fui sirviente de la familia Lincon durante mas de 20 años, tenia mi propia habitación, vivía ahí, era como uno mas de la familia, la familia Lincon era dueña de una empresa que exportaba productos lácteos a distintos países del mundo, debes haber escuchado hablar de ella –
- si – dijo Víctor sin hacer más comentario, prefería seguir escuchando lo que aquel hombre tenía para contar. - entonces la noticia de la caída del gobierno llego a nuestros oídos, el señor Lincon se puso nervioso, sospechaba que pronto el conflicto llegaría a las familias más poderosas del país, entonces ideo una huida, teníamos preparado una especie de refugio en el cual iríamos para protegernos mientras durara el conflicto internacional -
Víctor observo al niño que seguía tan silencioso y con la mirada tan fría como antes.
- teníamos todo preparado para la huida, el joven Gabriel estaba a mi cargo – mientras decía esto señalaba al niño – estábamos prontos para escapar en una camioneta yo y e niño estábamos prontos, los otros empleados habían sido avisados y escapado fue cuando atacaron, mataron al señor Lincon y a su mujer y venían por nosotros, decidí escapar con el niño quien no dejaba de llorar, no ha vuelto a hablar desde entonces -
Santiago comenzó a llorar sin consuelo.
- yo… siento haber pensado que eras algún militar de Acnia – se lamento Víctor – y gracias por curarme -
- oh de nada Víctor – dijo Santiago y sonrío – así que eres hijo de un gobernador, entiendo porque escapaste -
- ¿como esta la situación mundial? – la preocupación se veía reflejada en los ojos del hijo de Martín García mientras realizo esta pregunta.
- mal Víctor, demasiado mal, has estado un día durmiendo, pero los otros dos días han sido fatales, la primera ciudad que cayo fue la capital de Seida, el ejercito Acniano invadía la ciudad y tomo prisioneros al presidente y la primera dama, luego de eso la situación fue de mal en peor, al siguiente día atacaron otra ciudad, encerraron a su gobernador y a su familia, el gobierno Acniano mando un dirigente a cada empresa de ambas ciudades, al otro día la situación se repitió nuevamente, solo que esta vez dicen que la ciudad de La Luz intento oponer resistencia, pero que fue inútil –
- ¿MI PADRE? MARTIN GARCIA - dijo Víctor el cuerpo le temblaba, y el dolor se veía reflejado en sus ojos, se senita culpable de no estar con ellos.
- mira los rumores dicen que luego de que tres ciudades fueran invadidas por la fuerza, el gobierno de cada país, desaparecieron totalmente, no se sabe si murieron o que, no quiero ser tan directo Víctor pero no se sabe nada sobre tus padres o sobre cualquier otro gobernador, creo yo que deben haber escapado –
María entro a la habitación y le dio un vaso con agua a Víctor quien lo miro con asco.
“por esta basura es que todo se esta desequilibrando”
Víctor tuvo el impulso de arrojar el vaso contra la pared pero María al ver el movimiento que iba a realizar coloco su mano sobre la suya.
- este vaso es el ultimo que podes beber por hoy, debes repartirnos el agua de forma justa, entiendo que esta situación te afecte pero no desperdicies lo poco que tenemos.
- debes descansar unos días – dijo Santiago - en unos días comenzaremos con tu recuperación –
Víctor asintió.
- tus padres seguramente han escapado al igual que el resto de los gobernadores con sus respectivas familias, no estes nervioso seguramente están bien, yo y el joven Gabriel tenemos agua por unos meses así que sobreviviremos un tiempo antes de tener que regresara la ciudad, mejor dicho a lo que quede de ella -
El silencio invadió la habitación.
Gabriel seguía jugando con sus manos, Víctor en la cama sin poder mover su cuerpo con completa normalidad, María que miraba por la ventana y Santiago que no emitía comentario alguno.

La semana siguiente, Víctor había comenzado a hacer ejercicios de fisioterapia para volver a estar en completa salud quien los realizaba Santiago.
Gabriel a pesar de haber pasado varios días continuaba sin hablar y María quien no estaba acostumbrada a la compañía limpiaba la casa constantemente.
- Gabriel me puedes pasar el sobre ese – pregunto Víctor al niño quien asintió con la cabeza y extendió el sobre que estaba sobre la mesa negra y se lo entrego a Víctor quien descansaba en la cama.
Este lo miro de forma dubitativa, la anterior carta había dicho que abriera el sobre cuando se sintiera preparado pero en realidad ¿Cuándo iba a estar preparado? Esta pregunta paseaba frecuentemente por la mente de Víctor.
Santiago entro en la habitación mirando a María quien no paraba de barrer.
- ya he límpido afuera – dijo este
- gracias me has ahorrado mucho trabajo – dijo esta sin dejar de barrer y sin levantar la mirada.
- deja ya eso – dijo Santiago y coloco una mano sobre la escoba – María ¿Cuánto tiempo crees que duremos? –
- ¿a que te refieres?- pregunto María sorprendida por la pregunta
- claro me refiero a que no podremos hacer esto siempre, algún día debemos volver a la realidad o ella nos encontrara, no estaremos escondidos siempre –
- he vivido esta vida durante mas de 20 años Santiago y tengo mis motivos para llevarla a cabo y con y sin guerra no podré volver al exterior –
- lo lamento – dijo el anterior sirviente y se dio vuelta hacia el niño quien estaba sentado mirando por la ventana.
- ¿sabes? Tu padre estaba muy orgulloso de ti –
Gabriel no desvío la mirada.
- y lo estaría mas si hablaras, si superaras todo lo que paso ¿sabes? Tenías unos excelentes padres -
- MALDITO SOBRE –
Todos miraron a Víctor quien no dejaba de observar el sobre blanco fijamente.
Unas horas después todos estaban sentados en la mesa comiendo las frutas que María había recolectado, si bien el agua era el principal problema no había que dejar de pensar en la alimentación, especialmente Víctor que se estaba reoperando de las heridas y Gabriel que estaba en crecimiento.
- Lamento no tener más – se lamento la dueña de casa
- no te preocupes – dijo Víctor – no necesitamos mucho así estamos bien, Santiago quiero seguir con mi recuperación-
- mañana lo haremos señor Víctor las cosas de a poco –
- NO – grito Víctor golpeando la mesa con su puño derecho – no me digas señor Víctor me recuerda a alguien por favor – dijo el hijo del gobernador quien se levanto y camino hacia su colchón en el suelo donde se acostó a dormir con lagrimas en los ojos.

Capitulo VII
Primera Nevada

E
l primero en despertarse esa primera mañana de invierno fue Víctor.
Hacia días que se sentía vacío y sabia porque era, algo le faltaba.
Las discusiones con María respecto a este tema cada vez iban en aumento pero Víctor cada vez podía controlarse más.
Cuando abrió las persianas lo que vio fue algo que lo sorprendió enormemente.
- esta nevando – dijo sin poder creerlo
- si lo esta haciendo – cuando Víctor giro su cuerpo hacia atrás se sorprendió ver a María a su lado
- nunca antes había nevado en Seida, en otras circunstancias esto podría ser una fiesta –
- no creo que sea motivo para festejar – dijo María acercándose a Víctor – el clima mundial ha cambiado mucho debido a la contaminación producida por el hombre, con suerte sobreviviremos este invierno –
Víctor no emitió comentario.
“todo lo que dice es verdad, el hombre ha destruido la capa de ozono con la contaminación generada por su misma ambición, me temo que no llegaremos mucho mas lejos”
- tanta ciencia es verdaderamente innecesaria y por buscar avanzar mas en esa ciencia es que hemos llegado a esto – murmuro María mas para si misma que para Víctor - ¿crees que esta bien? Han pasado 3 días -
Víctor continuaba viendo para la ventana haciéndose la misma pregunta, ya hacia tres días.
- setenta y tres días – contesto Víctor en modo de respuesta.
- ¿disculpa? –
- llevamos setenta y tres días acá y si conozco a Santiago como creo que lo conozco se que estará bien, es fuerte y no dejara a Gaby acá solo –
Hacia tres días habían llegado a la conclusión que sus reservas de agua no durarían mucho más y debido a esto Santiago se había ofrecido para ir el mismo a buscar masa agua a la ciudad.
- María tu debes quedarte a cuidar de Gaby y Víctor no podemos correr el riesgo de que le pase algo por eso iré yo prometo volver con toda el agua posible -
Esas habían sido las palabras de Santiago aquella mañana que se había aprontado para partir.
El viaje no tendría que haber durado dos días pero ya hacían tres de ello, entre la preocupación por la salud de Santiago y hacia el hecho que el agua que tenían escaseaban María y Víctor no sabían que hacer.
Que Gaby hablara era otro gran problema de la casa al que no habían encontrado solución.
Si bien habían hecho el intento cientos de veces ninguno había conseguido nada de Gabriel mas que una mirada o un gesto con la mano.
- deben entenderlo – había dicho una tarde Santiago – el día que mataron a su padre, el lo vio todo, aun no lo supero -
PAF
El silencio abandono la casa cuando el disparo resonó en todos lados.
Gaby se despertó y miro sobresaltado hacia fuera y tuvo un impulso de salir imaginándose a Santiago herido pero María lo retuvo del brazo y lo atrajo hacia el.
- yo iré – dijo Víctor – no se si nos encontraron pero escóndanse en el baño y no salgan hasta que yo les avise.
Salí afuera fue un verdadero golpe para Víctor quien simplemente tenia puesto un deportivo negro y un buzo polar a rayas rojas y azules.
El frío era insoportable y pisar la nieve mas todavía para quien nunca lo había hecho.
De niño uno de los sueños de Víctor había sido el de ver una nevada de frente y sentir la nieve acariciando suavemente su rostro.
Pero este sueño se había transformado en una pesadilla en la actualidad.
Víctor respiraba con dificultad y le costaba dar cada paso ya que sentía su piel helada y cada paso era como una apuñalada.
El disparo había provenido de más lejos.
Camino varios metros en dirección al camino que llevaba a la ciudad cuando vio un bulto negro arrojado sobre la fría nieve que parecía no moverse.
A medida que se acercaba ese bulto fue tomando forma.
- SANTIAGO – grito Víctor arrojándose sobre el hombre inconsciente.
Arrojada a tan solo unos centímetros de su mano estaba el arma con el cual había efectuado el disparo.
Entonces lo comprendió.
“buscaba llamar nuestra atención”
A pesar de ser sacudido por Víctor varias veces el hombre del bigote no reacciono en ningún momento por lo que con gran esfuerzo Víctor lo cargo a su hombro, al lado había una mochila en la cual Víctor supuso que se encontraba el agua pero ahora era imposible cargar ambas cosas por lo que simplemente se puso como meta llevar a Santiago hacia la casa de María y luego volvería por la mochila.
- todo estará bien – dijo el joven para calmar a Santiago aunque dudaba que este lo escuchara.
Cada paso si antes le costaba a Víctor ahora era cien veces peor y dificultaba enormemente la llegada.
Finalmente entro en la casa abriendo la puerta de una patada y deposito a Santiago en el suelo.
- María, Gaby pueden salir – grito en dirección al baño.
La puerta se abrió y ambos salieron tímidamente con María adelante.
El niño al ver a Santiago quien estaba en el suelo se acerco al y lo abrazo colocando su cabeza sobre el pecho del hombre.
- pero ¿Qué ha pasado? – pregunto María sujetándose la cabeza con ambas manos.
- creo que esta bien, no ha soportado el frío y ha realizado el disparo simplemente para llamar nuestra atención -
- ¿desde cuando Santiago esta armado? – pregunto la mujer mirando a Víctor directo a los ojos.
- tal vez desde que conoció lo que es el mundo exterior fuera de esta casa -
Nadie dijo nada.
María se arrodillo lentamente y coloco su mano derecha sobre la frente del herido, luego reviso su cuerpo en busca de heridas pero no había ninguna.
- esta bien solo tiene algo de fiebre – dijo con tono tranquilizador María.
Víctor se dio vuelta y coloco su mano sobre el pestillo de la puerta y antes de abandonar la casa realizo una última mirada al hombre y al niño.
Encontrar la mochila no fue de mucha dificultad ya que las huellas de el mismo aun seguían marcadas en la nieve, estando afuera se dificultaba respirar debido al frío de la nieve y debido al fuerte viento que soplaba.
Todo parecía blanco por donde se mirara, los árboles estaban cubiertos de esa fría nieve y el cielo estaba completamente blanco sin contar que también el suelo se veía blanco.
Salvo…
Hasta ese momento Víctor no había levanto la vista hacia el frente pero algo sobresalía sobre tanto blanco.
A lo lejos encima de los árboles se veía un humo negro.
INCENDIO!
A lo lejos había fuego.
“debo ir” se dijo Víctor y tuvo el impulso de alejarse hacia el humo mientras colgaba su mochila a su hombro derecho.
“pero, tal vez sea algo común no se en que situación se vive actualmente, supongo que Santiago nos explicara todo cuando despierte”
Dando la espalda hacia el humo Víctor regreso a la casa a la espera que Santiago despertara de su profundo sueño.
Al entrar en la casa Santiago había sido transportado al colchón en el cual Víctor dormía y Gabriel estaba sentado a su lado cuidando del hombre quien seguía inconsciente.
- va a estar bien – dijo María al joven apenas entro en la casa – ha caminado por varias horas bajo la nevada es normal que haya enfermado, por suerte ha llegado hasta una distancia donde pudo efectuar el disparo y así alertarnos -
- tengo miedo – dijo el hijo del ex gobernador – me pregunto en que andará mi familia, no se nada de mis padres, un hombre sale a buscar agua y vuelve con un arma, a lo lejos se ve el humo de un gran incendio ¿en que se ha convertido el mundo? Que puede llevar a un hombre incapaz de ejercer la violencia para obtener un arma -
La vista de Víctor fue hacia la carta que descansaba sobre la mesa.
- creo que es hora de abrir aquel sobre – dijo finalmente – William murió, Santiago hubiera muerto de no haber escuchado aquel disparo, la situación es complicada -
- AHH – Santiago grito dormido – basta, basta por favor-
Gaby se levanto con temor reflejado en los ojos y se alejo del hombre que gritaba en sueños.
- BASTA DE MATAR, NO QUIERO VER MAS MUERTOS -
Las miradas nerviosas de María y Víctor se cruzaron pero nadie dijo nada.
- hay que esperar a que despierte – comento finalmente María y se alejo del hombre con fiebre, del joven y del niño acostándose en el sillón roto a dormir o al menos a intentarlo.
- todo estará bien Gaby te lo prometo, nada malo le pasara – Víctor se arrodillo y coloco su mano en la cabeza del niño.
“A veces uno hace promesas que son imposibles de cumplir, me pregunto si esta es una de ellas”
La nevada continuaba afuera y cada vez parecía que llegara con más fortaleza.
Las palabras de Santiago bailaban en la cabeza de Víctor sin quedarse quietas.
“BASTA DE MATAR, NO QUIERO VER MAS MUERTOS” repetía su mente una y otra vez.
El joven se quedo parado frente a la ventana observando a la fría nieve caer sobre el blanco suelo del bosque.

Texto agregado el 12-09-2010, y leído por 92 visitantes. (0 votos)


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