leí que todo es una proporción... los gatos, perros, gusanos, vacas, ballenas, jirafas, moscas, todo ser viviente tiene la misma cantidad de respiraciones, de acuerdo al volumen de su cuerpo... ¿el hombre?, ese escapa al concepto... este decide morir, lo busca como un gato curioso... en eso estaba cuando un perro llegó a la puerta de mi cuarto... ¿qué quieres?, pregunté. entró sin decir nada y se trepó sobre mi cama... hacía frío. me eché a su lado y dormimos... de vez en cuando contaba sus respiraciones... una, dos, tres, cuatro... cincuenta... ciento cinco... luego, soñé. entré en un carnaval de seres que tenían narices muy grandes, y todos preguntaban, cuánto vivirán... no lo sé, les dije... desperté y cuando me di la vuelta, el perro estaba rascando la puerta de mi cuarto. me paré y le abrí la puerta. salió y me puse a contar mis alientos... quería vivir intensamente... no recuerdo cuánto tiempo ha pasado, pero en verdad he descubierto que soy puras respiraciones... floto sin necesidad de volar, camino sobre mis piernas pero siento que vuelo, contando mis alientos, uno detrás del otro... estoy en el cielo...