Dulce y enamorado corazón que perdiste a tu ser más amado, deja de sufrir ya que fuiste afortunado, tuviste el privilegio de amar y ser amado.

No sufras más corazón enamorado y vuelca tu sentir en poemas que enamoren al lector pues como maestro en el amor te has consagrado.

Perder un amor no será jamás cosa del pasado, pues en tu corazón vivirá siempre tu eterno enamorado.

Sé feliz mi dulce corazón pues te diste al ser amado, fuiste amiga, confidente, amante y hasta muchas veces madre de tu eterno enamorado. Velaste su sueño, alimentaste su alma, calmaste sus angustias y entre dulces besos y tiernas caricias entregaste tu vida al ser amado.

Aprendiste que amar es renunciar al yo para dar paso al nosotros, es emprender el viaje de la vida juntos pero sin asfixias, que amar es dar sin esperar recibir, es servir sin esperar ser servido, es entregarse pero no doblegarse y antes que nada respetarse.

Amar es trasmitir paz, serenidad y confianza, es pureza y lealtad, no es juez ni mucho menos policía y si un amor así has encontrado, siéntete privilegiado porque has comprendido el don más hermoso que Dios nos ha regalado.