Apenas ayer
Como han pasado los años, hace una semana estaba en mi primer día en el kinder y descubría que en el mundo existían más triciclos, no sólo el mío; hace dos días tuve mi primer novia y apenas ayer descubrí mis años de universitario. Apenas hace poco, yo era todo el mundo, hoy los demás importan. Se han cambiado los sonidos, ya no suenan, en la bolsa de mi pantalón, canicas ni envolturas de caramelo, sino llaves; a mis compañeros de televisión; los cambie por libros. Sin querer la vida se ajusta.
Apenas ayer salía con mis padres a dar la vuelta por el jardín y brincaba los ajedrezes del suelo intentando no pisar una raya. Apenas ayer yo era el columpio y mis viejos me agarraban fuertemente los brazos y me impulsaban por los aires, intentando llegar al cielo. Hoy mi padre me falta y ya no se puede el juego. Hoy, pese a mi esfuerzo, he crecido y mis pies chocan contra el suelo. Hoy difícilmente puedo poner los pies en el viento, pues tengo que estar firmemente en la tierra. Mañana buscaré mi columpio y continuaré con este divertido juego en donde tendré que agarrar los brazos de mi hijo y recordarle que la vida esta construida por esos pequeños momentos en que, con las manos, tocas el cielo. Después de una semana partiré y dejaré sólo recuerdos. Sin querer, la vida se ajusta. Al final, el único objetivo que tiene uno es dejar buenos consejos.

Inspirado en Carl Sagan y su calendario astronómico.