La madrugada de ese día.

Era un edificio particularmente apacible, se podría decir que era un edificio común, como cualquier otro.

Los acostumbrados sonidos vespertinos que hacen los "vecinos", le da vida al ambiente.

Sonó la alarma habitual. Empezó a derramar su sonido irritante por toda la habitación, como si fuera un líquido helado vertido al cerebro. Dejo de sonar casi al instante.

El amasijo de frazadas empezó a moverse y a emitir sonidos de cansancio, un agujero se abrió, salio una mano que presiono el interruptor de apagado de la alarma.

De nuevo todo fue silencio.

El sol comenzaba a dar pequeños roces al horizonte, era temprano aun. Tarde para el hombre, debajo de las frazadas.

Se levanto, movido por un espasmo. Fijo la vista en el reloj.

El hombre se puso las sandalias, corrió al baño.

Quince minutos después, se abría la puerta del departamento 8C, de un tirón, el hombre con traje salía con el portafolios en la mano, y las llaves en la otra, cerro la puerta y se hecho a correr por el pasillo, hacia el ascensor.

El camino a su trabajo fue muy rápido, cruzo muchas calles para no toparse con los embotellamientos, toco la bocina muchas veces y grito algunas otras.

Llego a tiempo a su silla matutina, que daba la cara al monitor del computador, encendió su maquina de procesador de textos, se dispuso a trabajar.

"Llegue a tiempo... gracias a dios" - suspiro - "no puedo perder este trabajo, no puedo..."

- Casi llegas tarde. ¿Que paso… te quedaste dormido otra vez? - Era Liss, la hermosa secretaria de cabellera castaña, por cierto, toda secretaria, del jefe, que una empresa muy importante debe tener.

- Sabes que si no existiera trafico, llegaría siempre temprano... - la miro, sin esconder su gusto por aquella mujer, su blusa pegada, su minifalda tomando forma.

- Ya, pero todos pasamos por lo mismo... jajaja, solo debes despertar mas temprano, dormilón... - se dio la vuelta y se retiro a su silla, el hombre de traje se regodeo con la minifalda de Liss.

Hora del almuerzo.

Como llegaba "casi a tiempo al trabajo", salía temprano a almorzar.

El jamás comió en la cafetería de la empresa, no miraba con buenos ojos a la cocinera.

Una señora de encarnecidos cabellos y manos gigantescas, prefería irse a ver a la linda Marjorie, una mesera en un café.

Se acordaba mientras salía por las puertas principales de la empresa, como se le quedaba mirando, mientras atendía a los parroquianos que pasaban por dicho café. Con las manos en los bolsillos, pensando en Marjorie, ¿por que no?, trayendo imágenes de Liss y su siempre perfecto uniforme de oficina.

Fijo la vista al suelo, algo le llamo la atención, era una cadena de oro con un dije. Lo recogió y miro a los lados, buscando a alguna mujer, palpo con los dedos el dije, y se dio cuenta que tenia una imagen grabada, era una mariposa, de colores cafés y negros, formando unos ocelos, que le proyectaban una mirada penetrante, y un cráneo intimidante.

Le pareció extraño, esa mariposa la había visto antes... jamás pensó que la volvería a ver...

Giro el dije entre sus dedos, se fijo en el broche, tenia un transfondo, donde usualmente se guardan fotografías.

Abrió el broche, vio la fotografía...

Alejo el dije, como si apestara. Era el, en la fotografía, era una foto suya. Cerro el dije, los ocelos eran intimidantes, el cráneo lo era aun mas...

"Yo vi esta mariposa..." - pensó - "nunca fue culpa mía... todo fue un accidente..."

Continuara...