No hay final solo comienzos Todas las mañanas nazco de nuevo cada tarde sepulto mi pasado ya no llevo en los hombros la mochila de mis recuerdos Por algo nacemos sin ojos en la espalda y con el inmenso regalo del olvido Miré hacia adelante y me di cuenta de que ahí no te veía Comencé a caminar y fui feliz con el primer paso. y no le eché la culpa a nadie de estar solo en mi alegría
Texto agregado el 05-09-2010, y leído por 382 visitantes. (2 votos)