Siempre yá desde niña, le habia hecho demasiadas preguntas a la vida.
Tenian qué pasar aún muchos años,para qué me diera cuenta de qué eran demasiadasy ni la propia vida tenía las respuestas.
Alguien allá desde el comienzo de los tiempos,debia estar haciendose las mismas qué yo, y para poder justificar de alguna manera lo imposible,se inventó un paraiso con jardín del Edén incluido ,qué se perdió sin remedio por la desobediencia y el pecado.
Deberiamos pagar pues el resto de la humanidad por los siglos de los siglos .. la desdicha de no poder alcanzar jamás la felicidad completa.
Así atraves de los tiempos nos fueron inculcando el tremendo error de nuestros primeros padres, y por defecto la raza humana cargaria inseculan seculorum por toda la eternidad con semejante pecado ,sin más antidoto qué la resignación,como única medicina contra la desesperación de no alcanzar la dicha completa.
Lo miremos como lo miremos al final todos y cada uno de nosotros deseamos la manzana prohibida,situada siempre en la rama más alta de nuestro árbol de la vida,provocando insinuante su precioso colorido de un brillante intenso y deslumbrador.....(el pecado?)
Algunos,pasan por debajo de sus propias ramas aparentando no ver. Otros... en los qué me incluyo
somos tan osados de desafiarnos a nosotros mismos
y dia tras dia,cogemos impulso , y si bien no puedo arramcarla y quedarmela entera ,sí he de decir qué le pegado un gran mordisco.
El jugo dulce qué paladeo hace mayor aún la tentación de volver a sentirlo en mi boca ,cerrar los ojos y dejar qué me inunde ese elixir.
No por eso,siento qué es pecado ni me considero pecadora,nada en la vida es pecar cuando uno tiene sed y encuentras el liquido adecuado para saciarla.
Bocaditos pequeños..efimeros quizá ,como los trazos breves de felicidad qué tampoco son perpétuos, eso es lo único qué nos a quedado del paraiso perdido.
Yo seguiré preguntandole a la vida ...a quien sí no?
si no merecemos yá ser perdonados.