AUTÉNTICO TERROR…

Doña Susy y su esposo querían ir de vacaciones con la familia; pero a la hora de partir, se dio la típica escena de cuando se tienen hijos adolescentes que se aburren a morir paseando con los viejos y prefieren “sacrificarse” y quedarse solos. Entonces se buscan cualquier pretexto y el de los hijos de mis amigos se expresó más o menos así: “papis vayan ustedes y disfruten de una linda luna de miel, ¡se lo merecen…!”
Llegado el día y la hora, Susana y su esposo partieron de Loja hacia el norte, rumbo a Imbabura la Provincia de los Lagos, tuvieron que viajar algo así como mil kilómetros. Apenas se instalaron en un hotelito romántico a orillas del lago, Susana con esa preocupación de mamá llamó por teléfono a sus hijos.
-¡Hola mi’ja! ¿Qué tal?
-Bien mami, bien.
-¿Qué haces…?
-Nada, aquiii viendo la tele.
-¿Qué’s de tu ñaño?
-Se fue a la fiesta, tu sí sabias ¿no ?….
-¿¡Aaah ya se fue…!?
La conversación se interrumpe por un momento cuando la niña dice:
-Espera mamita, voy a ver, algo suena en la ventana.
Después de mirar bien y asegurarse de que nada extraño estaba sucediendo y bien convencida que el sonido que oyó era producido por los vientos fuertes de agosto que tumban las tejas y levantan los techos de las casas de Loja…, regresa para seguir hablando con su mamá:
-Hola mamita, ¿estás allí?
-Si mi’ja, por Dios, ten cuidado. Mira que todas las puertas y las ventanas estén bien cerradas, cierra las cortinas. Ya lo llamo a tu hermano para que regrese pronto de esa fiesta….
Y calló bruscamente porque una “corazonada de madre” le advertía que no debió hacer ese viaje…. A lo que la niña intuyendo lo que le pasaba a su mamá contestó para calmarla:
- No, no es nada tranqui, tranqui…. Y ¿qué tal viaje mami?… ¿que dice mi papi?
Y antes de que mamá contestara sus preguntas, la niña lanzó un horroroso grito de espanto:
-¡Aaaaay! mami, mami a-ayu , ayúdame se está metiendo ahorita le vi, le vi la cabeza, se está me-metiendo por la ventana ¡ma…!, ¡mamiiii un …..on, mamiiiii !, un ….Aaaay!
-Mi’jaaaa, Mi’jaaaa gritaba la madre desesperada sin tener respuesta, al otro lado del teléfono y a mil kilómetros de distancia solo escuchaba los gritos desesperados de la niña que pedía ayuda.
Papá y mamá horrorizados por lo que podía pasar a su niña… Hicieron lo mejor que su corazón les dictaba en aquel momento del más grande terror de su vida: llamaron a la policía, a los bomberos, a todos los familiares, a su hijo que estaba en la fiesta de cumpleaños, a los vecinos….
En pocos minutos alrededor de la casa de mis amigos se reunieron casi todos los pobladores de Loja, las vecinas temerosas imploraban a la Virgen Coronada del Cisne que los condenados ladrones no la malogren a la hijita de la señora Susy que es tan donosita. Los hombres del barrio estaban dispuestos a arriesgar su vida por la suerte de la agraciada vecinita. Golpearon las puertas y las ventanas y no había respuesta. Solo de rato en rato se oían desgarradores gritos: ¡Ay, ay, auxilio! Casi de inmediato llegó la ambulancia y enseguida los carros de la policía que a toda velocidad se apostaron frente a la casa haciendo girar y sonar sus estridentes sirenas y con alto parlantes en mano anunciaban: “la casa está rodeada, no tienen escapatoria, ríndanse o abriremos fuego… “
El momento cumbre llegó cuando desde dentro de la casa se escuchó entre gritos, sollozos y palabras entrecortadas:
-Aaaay, aaay…auxilio, au, auxilio…me ataca, me ataca, se está subiendo a mi cama…
De inmediato la policía, los bomberos, los vecinos, los amigos, los familiares….rompieron la puerta principal y luego la puerta del dormitorio de la pobre niña que gritaba enloquecida de terror.
Los valientes policías haciendo alarde de sus estrategias para estos delicadísimos casos dijeron a una sola voz:
- ¿Quién anda allí? manos arriba…. Y vieron apenados a una adolescente, subida en su cama, pálida como un papel, que con la mano temblorosa señalaba el closet y decía
-Mátenlo, mátenlo, el ra-ratón, el ratón se me-metió por por allí…

Zoila Isabel Loyola Román
ziloyola@utpl.edu.ec