frente a un joven y una anciana, observaba los infinitos sentimientos que exhalaban cada uno de ellos entre sí... uno hablaba y el otro hablaba, uno escuchaba y el otro escuchaba, nunca estuvieron juntos... aunque lado a lado, ambos navegaban lejos, lejos, allí donde mueren los poetas... dentro de mí sentía un suspiro de advertencia, diciendo que respirara, respirara y sintiera ese nicho sin final, esperándome... luego de sentir tanto, tomé la decisión de alejarme de ambos... abrí las puertas del mundo y navegué en mi balsa del instante, sobre aguas de pasiones e ilusiones, sintiendo siempre que, lejos o cerca, el joven y la anciana, se amaban...
lejos de todo, hubo instantes en que el sol me hablaba, saludaba, pregunta, sonreía, dormía... y en la oscuridad total, sentía la nostalgia de un destino muy hermoso, donde todos respiraban... cerraba los ojos y andaba sin parar, sabiendo que cruzaba montañas de hombres y mujeres que se hablaban, amaban, odiaban, como el joven y la anciana...
a lo lejos, en mi viaje, divisé una isla muy hermosa.... nadé hasta llega a su orilla... llegué y apenas toqué cálidas arenas, volvía a soñar, en un joven y una anciana, en un mundo sin mentiras, en un cielo con mil soles, en un sueño sin despertares... |