Era mi momento de demostrar mis virtudes, toda su familia vendría esta
noche, tenia que comportarme me repetía una y otra vez. No tenia nada que
ofrecer así que hice unos pasapalos de sardina, que impregno el pequeño
apartamento de ese olor; dure semanas buscando la receta del asado negro
de mi abuela, lo dejo un dio entero con vino, aliños, especias y el secreto de la
familia... lo coloque a cocinar desde el medio día, para intentar eliminar
el fatídico olor.
Por ser una ocasión especial, me toco bañarme, me puse en remojo, me
desenrede todo el cabello, aplique cientos de cremas, seguramente hasta
vencidas porque nunca las utilice antes, y me puse un hermoso vestido con
plumas de avestruz rojo igualito al del miss universo, versión 150cm a
escala; cuando salgo luego de 5 horas de relajante tratamiento de belleza,
era imposible ver por el humo proveniente de la cocina, corrí para bajar el
asado, pero ya era muy tarde...
Mis vecinos llamaron a emergencia por "el incendio", los bomberos
tumbaron la puerta y toda su familia me veían detrás de la puerta atónitos,
con sus ojos inquisidores, ofendidos y con la promesa de no volver, ni
dar nueva oportunidad a esta elegante loca ahumada y llena d hollín.