Mi Ángel llamado Gianna
Dedicado a esa niña que cumplió la misión se transformar mi vida
Gianna María Eliza era tu nombre mi niña
Teresa Zurdo Yacuzzi
Con su carita pequeña y sus hoyuelos a vista, sus rulitos con brillo y mirada dormida, así te vi niña mía en tu cuna de ensueños.
No pude mecerte en la tierra, ya lo haré algún día en el cielo.
Juegas entre las flores de los jardines del cielo.
Con tus deditos tan largos y tus manitas perfectas, sueño que me acaricias buscándome una sonrisa.
Solo me quedan tus huellas, las de tus piecitos pequeños que serán las que me guíen hasta encontrarte en el cielo.
Jugué contigo en mi panza, bajo la lluvia y sentía que te gustaba sentir el ruido del agua que caía sobre mi vientre en ese verano salvaje cuando el calor asediaba.
Sé bien que me escuchabas… cuando jugaba contigo, porque te movías haciendo bochinche en silencio.
Qué no daría mi Ángel por sentirte nuevo, por saber que desordenas mis lanas cuando estoy tejiendo.
Soñé todo para ti, pero nada pude darte porque te fuiste pequeña a los brazos de la Madre.
Mis yemas aun recuerdan tu piel suave y tus rulos con brillo, y mi retina aún guarda y para toda la vida, tu rostro mi niña linda dormido en el silencio.
Sé que me contestas cuando llego cansada, aturdiéndome en el trabajo para no extrañar tu ausencia y me buscas en todo momento haciendo mil travesuras que solo yo las entiendo diciendo que estarás aunque el mundo me arrebató este sueño… el sueño de ser madre aunque realmente estoy orgullosa de tenerte como hija aunque no pueda peinar tus rulos ni arreglar tus vestidos, estás conmigo mi niña hasta que llegue yo al cielo.