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ALFORJA DE TERCIOPELO

Erase un día, un hombre, con rostro bonito y mirada fría, con ojos de mar y hielo. Con hablar fluido pero entrecortada la voz, llevaba consigo una alforja de terciopelo, reflejaba el poder que supuestamente había conseguido, altanero y firme, lleno de desafíos.
Creía que todo lo sabía, que nada sin él podía hacerse; que era el único que tenía la respuesta y la solución a cuanto problema había.
Guardaba su alforja en un lugar visible para que el mundo viera su poder, pero qué tenía en esa alforja??? …( despertaba curiosidad) Nadie lo sabía, solo le temían. Pero un día llegó a su vida… una gitanilla con ojos pícaros y mirada curiosa, alguien que todo lo había perdido, no quería robar, tan solo mirar, pues ya no tenía miedo, no la asustaba el poder, qué más podía perder?? Qué podría hacerle el hombre de la alforja que supuestamente prometía sueños maravillosos y caminos por recorrer.
Esa curiosa gitanilla ya no temía los gritos, pues sus oídos no los percibían, ya no tenía su mirada porque encontró una brillito que algo le decía busca… y encontrarás, ahí, en esa alforja esta el secreto del señor poderoso que todo cree manejar.
Un día… lo encontró cansado, sus ojos estaban tristes, su mirada perdida, cabizbajo, y solo en la penumbra, y fue ahí cuando ella encontró la puerta para llegar a él, era muy simple, ese ser con alforja de terciopelo, estaba solo, aunque lo tuviera todo, no tenía nada.
Al pasar, y como al descuido, tocó la alforja que nadie se atrevía, pues todo creían que luego de hacerlo llegarían los gritos como truenos, los ojos despedirían destellos de furia, porque creían que en esa alforja guardaba el destino de todos y cada uno de los que él creía que manejaba, pero, cuando ya no se teme a nada, porque nada se debe… se puede tocar… total qué vas a perder si nada te queda??
Y tocó la alforja era liviana, parecía no contener nada… ¿Qué habría adentro?? El momento justo para revisar llegaría, sería una caja de Pandora??? No… ese hombre era tan sólo un ser humano, se creía Dios por decir que manejaba a todos, pero en realidad todo era tan superficial como su alforja.
Y… El hombre quedó dormido, la gitanilla, buscó el momento, pues él creía que la tenía prisionera para darle unas monedas por lo que podía revelarse de su destino.
Pero esa gitanilla era libre, no tenía ligaduras que la ataran a un Señor terrenal, solo se ataba a su fe y a ese Dios que amaba con locura…y sigilosamente, abrió la alforja y oh sorpresa!!!! No había nada!!!… tan solo papelitos, donde estaban escritos los miedos del señor… ese Señor poderoso de alforja de terciopelo… era más pobre que ella aún, pues en su alforja de apariencias solo tenía miedos, a qué? Si tenía poder, dinero, fama, y todo lo que cualquiera pudiera desear, tenía miedo a estar solo, a sentirse engañado, a sufrir, a llorar, y todo porque? Porque… no sabía amar, pues como siempre fue amado por lo que tenía, no por él mismo, no conocía el amor, en la alforja también estaban sus dudas, sus errores y algunos pocos aciertos que en papeles viejos ya ni se leían pues como eran de mucho tiempo atrás y la tinta fue desvaneciéndose como el tiempo.
La gitanilla espero que despertara el gran señor para decirle lo que supuestamente tenía para él: pero no uso todo ese conocimiento para ganarse unas monedas sino que tan solo le dijo: CUANDO APRENDAS A AMAR Y VER QUE HAY MUCHOS QUE TE AMAN DE VERDAD SIN ESPERAR NADA A CAMBIO… TU VIDA CAMBIARÁ Y SERÁS MAS PODEROSO AÚN PORQUE GANARÁS ALGO QUE NO TIENES Y PRECISAMENTE NO ES DINERO SINO SEGURIDAD EN TI MISMO”
El Señor de la alforja la miro con ojos curiosos ya no había destellos de rabia sino claridad de un lago tranquilo y apesadumbrado… me pides algo que… es imposible.
No!!! Respondió la gitanilla, solo comienza a llenar tu alforja de sueños de esperanza y de perdón, y será pesada porque tendrás mucho más de lo que has deseado.
Más poder? Preguntó el señor? … no, tendrás un amor verdadero alguien que estará junto a ti no por lo que tienes sino por lo que eres.
Cuántas monedas quieres por esto que me has dicho?? Ninguna, respondió la gitanilla tan solo quiero algo que es más valioso que todo tu oro… quiero mi libertad, la libertad de andar por el mundo, de amar y sentir el perfume de las flores, la brisa en mi rostro y el sol que deje sus huellas en mi piel color de olivo y de brillo a mis grandes ojos con chispas de alegría.
Tú eliges… desde ahora mi misión ha terminado, te espero al final del camino, allí tendremos tiempo para hablar y tal vez pueda ayudarte a cargar tu alforja gastada porque a todos nos llegan los años y el tiempo corre y a ese no lo podes detener.
La gitanilla consiguió su libertad y el señor de la alforja hundido en la tristeza caminó sin rumbo pues en realidad no tenía nada, solo su orgullo y su vanidad… en él estaba cambiar.
Pasaron unos años, ese señor con cabellera con brillos de plata pero con mirada muy similar a la que un día vio la gitanilla se acercó y le dice puedes decirme hacia donde voy… la gitanilla lo reconoció era el señor de alforja de terciopelo, pero había pasado el tiempo y estaba solo, ya no tenía poder, sus gritos ya no asustaban a nadie y la gitanilla lo invitó a sentarse junto al árbol más cercano donde corría un hilo de agua cristalina y le dijo mírate en el reflejo del agua, recuerdas quien eres? me recuerdas todavía? qué has hecho?
Él le respondió, un día alguien como tú me dijo que cambiara pero tuve miedo, y seguí igual, mis caminos cada vez se hicieron más complicados, mis amigos me abandonaron, las mujeres que decían amarme fueron hacia otro lado y yo ahora con la alforja gastada ya no soy nadie.
No!!! le respondió la gitanilla han pasado solo 20 años, y mira… yo soy la misma , tengo la misma sonrisa y tú eres otro, el auténtico, el verdadero, ya no tienes miedo de decir que eres débil pues eso te hace grande y la grandeza del ser humano está en reconocerse pequeño porque ante la inmensidad del universo somos tan solo un granito de arena.
Moraleja: No finjas en apariencias aquello que no eres tan solo sé auténtico y verás como todo fluye”
El verdadero amor llega en el momento justo, no cuando lo forzamos a llegar.

Texto agregado el 31-08-2010, y leído por 126 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
05-09-2010 ¡Me encantó! Muy interesante y con enseñanza.***** MujerDiosa
 
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