Andrés mira a través de la ventana del bus que lo lleva de regreso a su ciudad. Sus ojos miran el paisaje árido como si no vieran nada. Piensa y siente lo último que le pasó, qué experiencia más extraña e intensa, le sacudió el espíritu hasta el último rincón. Las lágrimas llenan sus ojos para resbalar por el rostro de aquel hombre grande y fuerte.
- ¡Qué fue lo que pasó! – piensa mientras trata de entender todo lo que acababa de vivir.
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Llegó en la madrugada a la ciudad altiplánica, después de varios días de sufrir entre sueños y pesadillas que le llamaban a este lugar. En el mundo onírico escuchaba voces llamándolo, hablándole, manos que lo arrastraban a un punto específico, ése.
¿Dónde ir primero? ¿Qué hacer?... Pasa las primeras horas pensando se debía llamar o no a la mujer que tanto había significado para él en algún momento, aunque seguramente ella ya no pensaría en él.
El frío cala sus huesos y busca algo caliente para beber mientras decide…
El sol sube en el cielo y tras una larga caminata entre pensamientos, recuerdos e indecisión llega a una plazuela donde resuelve descansar. Al levantar la cabeza y se da cuenta que está frente al cementerio, mira a la gente pasar, entran y salen por las puertas, todos desconocidos, gente con diferentes rostros y piensa: - ¿Qué hago aquí? – y trata de explicarse la razón de ese loco y largo viaje, ¿sólo por unos sueños? ¡Vaya locura!
Una persona racional toma los sueños y las pesadillas como son: La representación inconsciente de sucesos e imágenes que refleja el mundo interno y particular del que sueña. No tienen nada que ver con la premonición o algún tipo de revelación ni nada por el estilo.
Sumido en sus pensamientos trata de convencerse que el viaje realizado hasta ese lugar fue estúpido, que vino para nada. Él posee una mente demasiado lógica, racional y objetiva para haberse dejado guiar por unos extraños sueños... Se siente un tonto por obedecer a absurdos sueños. Hace un intento por levantarse de aquel asiento público cuando siente en el brazo que alguien lo toca. La mano pertenece a una pequeña, al verla más detenidamente descubre unos ojos que de alguna forma los conoce, la niña le sonríe y con una infantil y dulce voz le pregunta:
- ¿Tú eres Andrés?
- Sí, y tú quién eres.
- Yo soy Victoria, mi mamá me dijo que tú estarías aquí.
- Y quién es tu mamá
- Mi mamá me dijo que tú estás en su corazón y que perdona que no hayas cumplido tu promesa. Ella te ama y te da las gracias por mí.
Andrés, algo asustado por la extraña conversación exclama:
- ¿Dónde está tu madre?
- Mi mamá está en el cielo, me dijo que te devolviera esto. – y busca en su cuello un hilo de colores de donde pende un anillo azul con bordes plateados, algo gastado.
Andrés siente un escalofrío que le recorre todo el cuerpo al reconocer el anillo, es el mismo que él le diera a su amada en una ceremonia secreta donde habían prometido amarse eternamente frente a un Dios y a toda la Naturaleza.
A lo lejos se escucha un grito… ¡Victoria!!!
La niña se inquieta.
- Mis tíos me buscan, tengo que irme. Chau.
Y dándole un dulce y tierno beso en la mejilla la niña se va a encuentro de unos hombres vestidos de negro que Andrés reconoce como su posible familia política. Victoria cruza la calle y se lanza a los brazos de uno de ellos que la levanta cariñosamente y todos entran en un automóvil con toda aquella familia que lo acogiera en su hogar hace aproximadamente cinco años atrás. Falta alguien, ella.
Él, en la sorpresa, se queda sin reacción y sin decir ni hacer nada deja ir a la niña… su hija.
El automóvil pasa frente a él sin que nadie note su presencia, excepto Victoria que se despide con la mano desde la ventana.
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¿Qué pasó?...
Las cosas sucedieron muy rápido.
¿Qué le pasó a la madre de Victoria? ¿Hace cuánto murió? ¿Cómo pasó? ¿Por qué nadie le comunicó su paternidad?
Los pensamientos y las preguntas se agolpan en la cabeza de Andrés, hay un sentimiento que le nubla la mente y la visión, le sofoca la garganta. Los recuerdos pasan frente a él despertando sentimientos y sensaciones que ya estaban controlados.
Al fin todo explota en prolongado y profundo llanto mientras sostiene el anillo de la promesa en sus manos.
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