Me ascendieron a mí y no a él. No encontré la nota con su móvil que dejó al irse de vacaciones y el jefe no podía esperar. Don-frases-hechas me dijo: "Eso ha sido una puñalada trapera" y lloró en vez de darme una hostia. Así que le tiré a la cara un "C'est la vie" y un escupitajo.
La poltrona
Ahora viste traje y corbata. Zapatos de piel. Peluquería y manicura. Berlina y chófer. Despacho y bandera. Tarjeta platino. Los ideales olvidados con llave. Ahora desde la barrera los de la arena son puntos insignificantes y la sangre y las puñaladas van con mando a distancia.
El ególatra
Obtuvo el galardón literario y se le desvanecieron los escrúpulos. Su opinión empezó a contar. Pontificaba aquí y allá: que si eso sobra; está bien pero...; no hay conflicto. El premio resultó ser un grave error de seudónimos. Devolvió el dinero, pero no su desvergüenza.