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Un traje blanco como la nieve oculta mi tristeza y opaca mi dolor a tal punto que cualquiera que me viera no supiera lo que pudiera pasarme en cualquier momento y en cualquier lugar, mi rostro también se puede camuflar, rostro criminal con sonrisa vulgar que nadie aun ha podido descubrir, para alguien como yo es difícil poder vivir, es difícil sonreír por que me rodean las tinieblas y ya no esta la silueta de esa dama que se me introdujo a la cabeza en una noche de cervezas y emprendió su huida sin saber que era mi vida, laberinto sin salida de sentimientos perdidos, huidas confundidas para encontrarte, mil caídas para amarte y perdí la partida pero gane en toda esa bruma una amiga llamada luna la cual admiro mientras resuelvo los gestos que me diste y los restos de un día en el que no me viste como siempre lo hacías, irónica y fijamente como si leyeras mi mente pero eso no me importa mucho ahora por que ya no procuro volver a tu lado, cruzo la calle mustio y cansado sin ser notado y me introduzco a lo mas oscuro, toco con mis manos los muros y recuerdo que si te ame aunque este callado y nunca sea yo tu amado pero en cualquier situación te di lo mejor de mi corazón, sin duda, sin razón, se que eso no te importo y ahora ¿Dónde estas mi amada fénix? Besos del volcán mas fuerte, con tu canto deleitas a la gente que pueden verte sintiéndote un ángel de esos que solo habitan en el sur. Solo el tiempo te doma hasta que el alba te deja en paz y en calma, solo mis abrazos saben quien eres, solo yo me deshice de mi corazón para dártelo ¡si! Con placer me deshice de el, quien pudo ser tu amor que lo pudo desvanecer, quien es quien en este largo vaivén, en el recorrido del olvidado tren de nostalgias y caídas se pierde el camino, ahora eres la rehén y me buscas mientras estas con cien regalando tu aroma que poco a poco te reclaman mil tristezas mientras besas esos labios anónimos, sabios de la calle, pensadores de la noche que te emboscan, tu libertad complican mientras su filosofía en tu mente aplican. Que bello es ver que llegas al límite del ritual del cielo mientras me embriago con mis versos que un día te envié con el viento y no respiraste más que el humo del cigarro de tu amante y es por eso que celebro tu ausencia mientras repaso las caídas. |
Texto agregado el 27-08-2010, y leído por 103 visitantes. (0 votos)
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