Inicio / Cuenteros Locales / walas / ¿Un Chocolate?
Las puertas del saloon se abren de golpe permitiendo que el sol de ese Oeste salvaje penetre por unos instantes. A contraluz se perfila la figura imponente de un vaquero: casi un metro noventa de estatura, sombrero de ala grande y cara de ningún amigo. Entra con paso firme a pesar de que sus ojos tardan un tiempo en acostumbrarse al cambio de luz. El lugar parece bastante animado: la gente bebe y juega en las mesas, la barra está completa y el humo y la música complementan el ambiente.
Se dirige hacia una mesa libre en el centro. Antes de tomar asiento otea instintivamente por todos los rincones. Años de experiencia le han enseñado a calibrar los peligros latentes para alguien como él. El barman le mira con confianza desde la barra.
- ¿Lo de siempre? – le pregunta. El vaquero hace un gesto casi imperceptible con la cabeza.
- Wendy, ¡un chocolate caliente!
- No puede ser… ¿un chocolate? ¡Aquí sólo se bebe whisky! ¿O acaso es usted una damisela?
El tiempo parece detenerse en el saloon. Se hace un silencio absoluto mientras todos se giran hacia una mesa del fondo de donde parece provenir la voz. Allí observan a un joven vaquero riéndose junto a dos chicas de dudosa reputación.
El recién llegado arrastra la silla hacía atrás con un crujido lastimero de las tablas del suelo, se pone de pie con parsimonia y mirando directamente hacia la mesa origen del comentario, empieza a hablar por primera vez desde que entró:
- Creo que no nos han presentado. Mi nombre es Joe Singer, lo que seguramente no le dirá nada. Pero todos me conocen como Cacao Kid, la pistola más rápida a este lado del Pecos. Y no es sólo por mi velocidad para desenfundar y liquidar al otro en un duelo. También es porque no hace falta mucho para darme motivos. Así que le espero afuera en cinco minutos, y ahí veremos quién de los dos es la damisela.
Las risas se van contagiando de mesa en mesa hasta que todo el saloon es una carcajada simultánea. Sólo una mesa al fondo permanece en un silencio mortal.
Diez minutos más tarde, Cacao Kid saborea su chocolate caliente mientras el revólver se enfría en su cinto.
Ejercicio 9 del taller experimental.
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Texto agregado el 25-08-2010, y leído por 713
visitantes. (25 votos)
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Lectores Opinan |
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09-12-2013 |
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Me recordó a esas películas de risa que hacen los norteamericanos de vez en cuando parodiando sus películas. Este hubiera sido un buen guión para una de esas, que fuera orientada a su clásico "Spaguetti Western" ikalinen |
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26-09-2013 |
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Yo quiero otro. Le faltó pintarle el bigotico de chocolate pero ya me lo imagino yo, no te apures. stracciatella |
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22-02-2011 |
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Y bueno, después de todo el chocolate da un montón de energía, ayudándote a cumplir imposibles. Una taza cada mañanita y listo... Cacao Kid triunfador eterno, jaja. aberas |
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21-09-2010 |
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Una película corta, pero intensa. Y, desde luego, ante todo, una excelente descripción y buena prosa. Noguera |
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17-09-2010 |
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¡Seras matón! Tenía ganas de leerte. Felicidades juanfran |
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