Desnudar una mujer es dibujar su figura al viento es sentir su aroma de fresas tiernas de esas que al morder volatizan miradas. Desnudar una mujer es tocar parte de esa piel que ha dejado de ser de ella para seguir siendo de ella. Desnudar una mujer es oler una parte de su alma que nunca cede ante el perdon más castiga demasiado todo ardor. Desnudar una mujer es ver como en sus ojos se esconde un laberinto, nadie sabe si perderse en él o dejarse consumir por la nostalgia. Desnudar una mujer es seguir con prisa sus gemidos mientras el velo de sonrisas taciturnas te atrapan sin saber que estas perdido. Desnudar una mujer no es por tanto nada fácil exige no tocar su piel mientras se piensa que parte de esa piel ya no te ignora. Desnudar una mujer mejor es un suplicio es dejarla vestida y cautiva a la distancia observarla mientras calla tal vez con distracción.
Texto agregado el 25-08-2010, y leído por 228 visitantes. (5 votos)