Te miro. Te pienso. Te quiero y Te deseo.
Me obsesiono. Me desvelo. Memuero de ganas en que te fijes en mi.
No se que más entregarte; te he enviado cartas, te he escrito música, incluso, pequeños mensajes que intuyo te gustarán, te harán reir, te deleitarán, porque
¿Quién podría conocerte mejor que yo?
Nadie, porque te he visto millones de veces, te he escuchado charlar con otros, te he seguido hasta tu casa, conosco cada poro y vello de tu piel.
Si tan sólo supieras todo eso, querrías estar conmigo, si somos el uno para el otro. Almas gemelas; como Adán y Eva, como el agua a la semilla, como vales callampa y vales hongo.
Te provoco. Te obligo. TE POSEO y TE SENTENCIO.
Y me doy cuenta de que nunca te quise, nunca fuiste ni serás lo suficiente buena para mi.
Probablemente ni si quiera tenías material de esposa o compañera.
Te deshecho. Te boto. Te reciclo y Me digo
"Ojalá que ésta no sea una de esas mujeres obsesivas, pegote, maníaticas y locas,
porque no hay nada peor cuando hay alguien obsesionado por uno. |