El viento se llevó algo mas que mi pañuelo aquella tarde.
Mis abrazos enceguecidos y palabras rotas son reflejo de mi carencia de emociones.
El viento que penetraba en mi alma y en mis ansias y en mi risa y en mis actos se llevó mas que mi pañuelo rojo.
Odio la no vida que conduce mi vida y que no quiere asumir que la conduce.
Entonces le exijo al viento que me devuelva al país de Oz, a ver si encuentro el
pañuelo y otras cosas que dejé escapar por preocuparme de un frío que era facilmente cubiero.
Mis besos, mis abrazos, mis mejillas... todos están rotos, siempre han estado rotos.
Texto agregado el 21-08-2010, y leído por 131
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