No abandona por mi llanto esta gota De roca que empiedra mis fundamentos. Desde mis fieras internas se brotan Fuegos que arden desde mis descontentos. Las flores que me adornan los caminos No merecen este aire enfurecido, Más, por la brújula de los destinos El final no es siempre el fin, merecido. Y hay a quien se le reserva una cruz En el futuro, por buscar la paz, Y quien siendo oscuro, prende la luz, Y quien sigue a una estrella fugaz Pensando que las estrella eras tú, Hasta que descubre que era un disfraz.
Texto agregado el 21-08-2010, y leído por 117 visitantes. (1 voto)