Un puñal atraviesa mi mente.
No importa qué mano la traslada.
Es un dolor anónimo que sangra y muere,
y vuelve a sangrar.
Parecen siglos apretados en el puño,
lagrimas imposibles contra un paredón.
Me sumerjo en un abismo estrecho,
particular, hecho para este cuerpo-ilusión.
Dolor porque si desde mis ojos.
Ojos que no ven el rayo de su vida menor.
Como dibujada va mi pena entre Nada y Nada.
Comprarán mis huesos cuando deje de pensar.
Texto agregado el 18-08-2010, y leído por 126
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Lectores Opinan
18-09-2010
me gusta lamer mi sangre
cada vez que puedo lo hago
eso otorga una paz inconmensurable
a mi alma pitta