Voz de silencio eterno nuestros rostros refleja nos conduce al infierno y nos pone tras reja. Presidio ufano do el amor nace y muere, muere y nace pone en las celdas su candor sin color, ánima y clase. Un día grato de junio fui victima de tu seducción era noche de plenilunio, la luna hizo su aportación. Tú calandria yo carpintero aves de distintos plumajes insistimos en llegar primero y siempre caminamos majes. Quiero morir al declinar el día en brazos recios mirando al suelo donde sea de ensueño la agonía, y el alma, ave que toma vuelo. Hondos días de recuerdos fugaces sueños tristes que suspiran solos enfermos y pálidos sin voces sollozando al ritmo de violos.
Texto agregado el 17-08-2010, y leído por 212 visitantes. (1 voto)