Estamos viviendo unos momentos que invitan a la reflexión, unos momentos en los que recibimos información por muchas vías y a través de muchos medios y que es claramente subjetiva en la mayoría de los casos, ante esta situación se hace difícil formarse una idea de lo que realmente está pasando, y lo más importante; porqué está pasando.
Lejos de pretender adoctrinar intentaré transmitir ideas concretas y hechos. Hace poco más de un año, en el congreso de los diputados, el partido que gobierna presentó una propuesta de ley para subir el sueldo de los diputados en el parlamento, se presentó a votación y se obtuvo unanimidad. Era de esperar que la opinión pública no hiciera demasiado caso del tema, ya que la sabiduría popular tacha a los políticos de mentirosos, corruptos y vividores; no en vano en algunas tierras de la península a la especialidad culinaria de los pies de cerdo la rebautizan “patas de ministro”. Es aquí donde invito a la reflexión. En general, en nuestra vida diaria, compras, trabajo, relaciones, uno tiende siempre a buscar su propio beneficio, de hecho el trabajo mismo, en si, se hace por dinero, esa es nuestra necesidad. Si además podemos, alguna vez, llevarnos algo cuando no nos ve nadie, mejor que mejor. Cuando hacemos eso no somos conscientes que podemos perjudicar a alguien, y si lo somos, pues simplemente nos da igual. En definitiva, que la búsqueda del interés individual aún a costa del malestar del prójimo es nuestra meta. Todos hemos dicho y oído frases como: “yo hago con mi vida lo que me da la gana”, “lo que digan o hagan los demás me da igual”, todas estas frases individualistas nos llevan al punto en el que estamos, pero a gran escala. ¿No es precisamente esta manera de pensar la que ha llevado a ciertos países a iniciar una guerra por sus propios intereses? Y es que hay que pensar que los grandes mandatarios no son nada más y nada menos que personas que tienen las mismas necesidades que todo el mundo, pero que en lugar de llevarse del trabajo un paquete de folios o un ratón del ordenador, pues se llevan directa o indirectamente varios millones de la moneda que haya en curso. Esto probablemente no tenga solución a corto plazo, pero vivir en un país donde existe la solidaridad y la tolerancia nos puede ayudar a ser mejores todos, incluso los políticos, que al fin y al cabo los elegimos nosotros. Me gustaría recordar por último las palabras de un político que lejos de satisfacer sus propias necesidades dio su vida por su propio pueblo. “Lo que se consigue con violencia sólo se puede mantener con violencia” Mohandas Karamchand Gandhi.
Diancal
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