Un lejano recuerdo prendido en tu pañuelo
acaricia mis ojos rociados de nostalgias,
es tu calor que brota en esta madrugada,
y mis ojos rescatan tu aroma y tu sabor...
En esta noche clara de luna casquivana
que sola se pasea por montes y quebradas
camino del ayer, alumbrando tu sombra,
perpetuando tu nombre como en este pañuelo.
Que me dejaste el día cuando tu voz de viento
se quebró temblorosa flotando entre mis lágrimas,
fue una despedida que nació sin motivos, olvido,
fue un pañuelo que se quedo perdido en mis ojos.
Sé que cada noche el amor que me ronda es tu voz,
tu silencio intangible, tu silueta de nubes, tu andar sin mí,
yo que nunca te espero, se que nunca vendrás, ya no existes,
el amor se quedo entre sabanas viejas de llanto y sudor.
Hoy lejana y ausente la luna se derrama sobre mi corazón,
y te evoco nostálgica, y te sueño hambrienta de amor, no estas,
un noche sin luna, sin sus ojos de reina, sin su luz, me veras,
nos veremos muy juntos, escapados de lunas para besarnos más.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
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