la flor de tu risa, desdibuja un ojal penetrado. tu manto descubre la déspota desigualdad de tus trechos. el derecho más envidia desproporcionados meneos, que fueron el pan de cada día, que desataron tormentas, bruces y lechos. despechos que tronaban con la furia del conyuge iracundo deshecho al volver la vista y ver revolver la traición dile cohecho. ajada renuevas tus votos, el votox también es renovado, pones una vela a lucifer, confías en no se qué, paseas el perro, no descansan ojos en tí, no relamen tus lunas jaurías de lenguas, pléyades de manos no aprietan tu lado bueno, lo que darías por aquel poquita cosa, aquel veinteañero con gafas de culo de vaso y huesos, pero el no ha olvidado aunque hayan pasado 40 años tu mirada desdeñosa.