Ese pibito mama a toda hora,
mama mucho, mañana, noche y día
se le para al mamar, qué grosería,
lo debieran llevar a la doctora.

Ese pibe es tan cínico que llora
si a las dos no ha mamado todavía;
es capaz de mamar en un tranvía,
si se la dan la mama sin demora.

Es el más mamador de los mamones,
es el más tragador de los tragones,
y no sé si su padre ya sospeche

que a la edad tan pueril de cuatro meses
ha mamado ese pibe tantas veces
que ha tragado más de un galón de leche.