Recuerdo desde pequeño como me invadía el miedo cada vez que se ocultaba el sol y mamá apagaba todas las luces de la casa. Cobijado de pies a cabeza recuerdo que me quedaba inmóvil tratando de despistar a todos aquellos monstruos traviesos que salían de noche a causar terror y pánico por doquier.

Han pasado muchos años, he cambiado mis juguetes por libros, mis dulces ahora saben a responsabilidades. Y así poco a poco a tomado sentido el camino de la vida, aprendiendo un sin fin de lecciones y coleccionando errores.

Pero tal vez lo más gracioso seria que después de tantos años descubrí que aquellos monstruos a los que tanto temía y que varias noches me dejaban en vela, ahora sé que no viven debajo de la cama, simplemente se mudaron de lugar, evolucionaron, ahora aquellos monstruos se pintan los labios y cabalgan día y noche, noche y día destrozando corazones a diestra y siniestra. Ahora ya no viven abajo, simplemente se mudaron hacia arriba.