El miedo desapareció tras las señales
tan escondidas durante tanto tiempo...
La verdad me susurra al oído
la victoria de la fe
y mi universo pinta un arcoiris
en la noche del alma cansada...
La vida me sonríe desde lejos
y el amor me late sólo,
como queriendo expresar
su existencia incondicional...
La paz más absoluta inundó
mi océano de bronce fundido,
y me recordó lo que sabía desde siempre:
Que lo real es lo que siento en silencio,
desnudo entre las alas
suspendidas de la locura,
adornado del sinvivir
de un incierto fracaso,
diluído en el bello y doloroso
perfume de la frialdad...
Me reflejo distante en el espejo
de tu mirada, sólo real para mí,
y mis sueños se confunden
con la realidad más absoluta...
La verdad me atrapa
con su manto púrpura
y el corazón me late a mil...
¡Es tan bonito ver brillar una luz
en la noche eterna de tu alma...,
tan efímero suprimir el dolor
de lo irracional de tu ficticia culpa...,
tan cruel la llamada de la verdad
al rincón más resguardado de tu alma...!
Vivo en el límite de un mundo
que condena la verdad
en el sinvivir de una pasión
disfrazada de melancolía...
Y mi verdad se hace eterna
cuando contemplo esa sonrisa
que jamás deja de cesar...
Y mi alma se hace eterna
cuando la tuya la roza...
Y mi razón de ser se disfraza
permitiéndote existir...
Un suspiro me abrió la puerta hacia la verdad,
y un bostezo suprimió el dolor de la espera...
Y sé que estoy amando porque
mi dolor no es importante
cuando miro a tus ojos y
no veo en ellos la grandeza de Dios...
Me vibras tan dentro que mi mente
aún no pensó nada...

(03/08/03)