Se que es un atrevimiento por mi parte intentar disertar sobre que es lo que busca una mujer en un hombre, aunque más que un atrevimiento yo diría que es una verdadera osadía, pues no soy mujer y por mucho que uno las conozca no he estado nunca dentro de su cabeza. Ahora bien, me he dedicado a charlar sobre el tema con muchas de ellas y he llegado a una conclusión : ¡ mienten !, no solo me han mentido a mi sobre sus gustos masculinos, sino que además se mienten entre ellas mismas, aunque todas sean conscientes de que se están mintiendo. Si nos fuéramos al aseo de cualquier oficina donde se concentra un grupo de mujeres y pusiéramos un medidor de mentiras reventaría en mil añicos. Vayamos al grano, si se hiciera una clasificación de las virtudes que buscan en un hombre, según ellas, saldría algo así :
- Sensibilidad.
- Fidelidad.
- Lealtad.
- Comprensión.
- Amistad.
- Honestidad.
- Cariño.
- Atención.
Después de analizar todas estas virtudes he iniciado una búsqueda para encontrar al hombre que cumple dichos requisitos para hacer feliz a una mujer y tras arduos esfuerzos lo he encontrado, les encantaría poder llevarse a su casa al mismísimo Juan Pablo II, si, ya se que parece imposible, pero es así. Está claro que estaban mintiendo cuando cuándo dijeron dichos calificativos, así que me puse a investigar para averiguar la verdad.
No se van a creer que es lo que averigüé, porque ni yo mismo me lo creía, pero los resultados de dicha búsqueda fueron los siguientes calificativos:
- Hombres sensibles, con un pene de 25 centímetros.
- Hombres fieles, que midan más de 1’ 80.
- Hombres leales, con culo levantado y duro.
- Hombres comprensivos, con una tripa musculosa.
- Hombres dignos de ser sus amigos, que no tengan pelos en la espalda.
- Hombres honestos, que no sean calvos y no tengan pelos en las orejas.
- Hombres cariñosos, que no tengan callos en las manos.
- Hombres atentos, que no le hagan el amor con los calcetines puestos.
De este modo he averiguado que no mentían del todo, eran tan solo medias verdades, claro que después de ver lo anterior me asaltan algunas dudas, por ejemplo, saber que hacen entonces con nosotros, está claro que dejan que estemos a su lado...¡ Por pena !. Otra duda que tengo es la de Juan Pablo II, quién me dice a mi que no cumple todos los requisitos exigidos, nunca le hemos visto en bañador y lo mismo tiene un cuerpo diez.
Espero que las mujeres cambien sus exigencias, porque lo llevamos claro, y ahora que lo pienso me voy a levantar del escritorio y le voy a dar las gracias a mi mujer, si me comparo con las exigencias anteriormente mencionadas es irrefutable que mi esposa es lo más parecido a la madre Teresa de Calcuta.
Luis Barrasa Martínez ( Barrasus ), Sevilla 4 de julio de 2004
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