Despuès de años de conocerse y haberse dado cuenta que lo que sentìan entre ellos no era amistad, sino amor y deseo, prepararon un encuentro.

Habìa que organizar bien los tiempos, dònde dejar los hijos que cada uno tenìan por su lado, coordinar el trabajo y todos esos detallitos para poder perderse tranquilos un fin de semana y que nada alterara lo porgramado.

Una vez todo dispuesto, ella eligiò ir hacia aquel motel que quedaba cerca de la playa, en la misma carretera kilometro 20 hacia el sur.

A las 9 en punto la pasò a buscar, en el camino solo fueron escuchando mùsica por radio, sin palabras, un silencio armonioso. Sus rostros se veìan complacidos, se miraban y se reìan de emociòn.

Todo iba normal hasta cuando aparece ese camiòn, venia a toda velocidad contra el trànsito, justo frente a ellos.

Murieron tomados de la mano...