Las lunas se suceden
Una tras otra se suceden
Mientras un vagabundo se oculta,
De la ciudad se oculta
Arrastra sus bártulos
Tesoro de recuerdos y vivencias
A través de adoquines mojados
En la ciudad que no le pertenece.
Busca y rebusca sin saber qué
Solo que debe buscar
Porque cuando lo encuentre
Volverá a cambiar de acera
Para perderlo y tener qué buscar,
Motivo y razón de su vivir
Se acompaña con la letanía ronca
De una tonada a la vida
“me llamo Manuel señores
Y esta ciudad no es mía
Fui marino y capitán
Hasta que entregue el corazón
A una gaviota ingrata que no quiso salir de Marsella”
Texto agregado el 12-08-2010, y leído por 165
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
26-08-2010
Muy bello poema, cargado de imágenes y una cierta nostalgia. MUY BUENO . 5* nesravazza
13-08-2010
No se aprecia suficientemente una buena mujer, hasta que no se es mayor.
Cuando la pasión a pasado, el valor de una buena esposa es el puntal de una casa y un hombre.
Mala suerte la del marino. EVERO
12-08-2010
¡Buenísimo! Ingenio y belleza juntos. Mis***** girouette
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