Madrugadas de mis sentires
entre brisa que sacude despierta
e imán de magia leva mi cuerpo
que yacía entre hojarasca yerta.
Se percibía aliento a bosque
y mis ramas desperecé bien lejos.
sin darme cuenta que de mis nudos
reverdecían briznas de pétalos.
Es que anoche el dulce Abeto
me había contado sus días risueños,
enamorada sentí que me dormía
y de mi alma florecían deseos.
Con sol, llegué a enredarme,
su savia toda en mis tallos
por su tronco me adherí creciendo
emanando lazos de amor al viento,
y con el testigo de un cerro nevado .
cincelamos nuestros cuerpos
hacia la infinidad de todos los cuentos
que suspiran de tantos amores eternos.
Texto agregado el 12-08-2010, y leído por 451
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Lectores Opinan
26-09-2010
muy dulce y tierno el amor tranquilo y seguro hace sentir así pitta