Curiosidad, mito o leyenda (elija lo que quiera)
Un día de 1572 se encuentran dos conquistadores españoles en el valle de Conlara, aproximado lugar al cruce del paralelo con el meridiano entre extremos sur-norte este-oeste de la Argentina. Uno venía del Norte con curas de la orden Trinitarios y otro del Oeste con curas de la Orden Franciscana además de sus soldados. Esa noche mientras cenaba la tropa, el traductor de origen indígena, se acerca a los curas y les indica que un indio les quiere mostrar algo. Toman unos candiles y siguen al indio hasta un tala. Tremenda fue la sorpresa al encontrar tallado en su tronco la imagen de Cristo con el cuerpo envuelto en la sabana y su corona de espinas.
Cómo un indio pudo tallar antes de la llegada de los evangelizadores esa imagen de Cristo, sigue siendo aun algo inexplicable.
La localidad se llama Renca (San Luís, R.A.), fue un centro pujante agrícola ganadero, cuna de intelectuales (dio seis Gobernadores), héroes que murieron al mando del Gral. San Martín en San Lorenzo y en las batallas por la Independencia, un centenar de clérigos Franciscanos surgieron de su Convento, hoy no tiene más de 100 habitantes, ya no queda escuela ni convento, solo su Iglesia abierta las 24 horas los 365 días del año, solitaria, pero reúne una centena de miles los 3 de mayo día de la conmemoración.
Otra localidad homónima esta en Chile y veneran el mismo Cristo.
Uno de esos conquistadores (Jerónimo Luís de Cabrera) en 1573 fundó la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía R.A.
En 1965 en la Iglesia Nuestro Señor de Renca, una muchacha con parálisis facial pidió por su sanación, un muchacho pidió por la cura de su madre gravemente enferma. 400 años después del hecho del Valle de Conlara, el 21 de febrero de 1973 se casó esa muchacha que se había curado y ese muchacho que tuvo como madrina de casamiento a su madre. Estuvieron juntos sin saberlo en 1965, pero se conocieron ocho meses antes de casarse en Buenos Aires.
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