Uno con el correr de los años evoca las primaveras, en que el trigo era limpio y estaban floridas las riveras. Y recuerda entre sus olvidos las calidas madrugadas en que solo el sigilo del viento nos hablaba de esperanzas. Pero se amontonan los recuerdos blanqueándonos las canas que nos traen el frío otoño en nuestras últimas jornadas. Más aun así, despierta el sueño bajo las fosas calladas, donde entre todos los silencios, gritan las floridas almas. En todos los otoños, vive una primavera.
Texto agregado el 08-08-2010, y leído por 95 visitantes. (2 votos)