para mis reconcubiamadas y mis tetrasesiodiadas, para las nórdicas, para las fóbicas que se esconden bajo las alfombras persas dejando a la vista bultos muchos, para las animalbestias encorajinadas entre cojines y ropa felpuda desnudada. para aquellas, éstas, esas, las de ellos, las que viven en la luna menguante peroxidada, las lunáticas, para tí monjuta zorrona, para tu madre, para tu prima, cuñada, sobrina, para la tez sonrosapálideciente de tus extremidades extremas errógenas. para la suerte de la pulcra, para el fuego de la vírgen, para tus nalgas prietiformes con células celulíticas tan adorables abrazables con terapia de presión lábica y pellizcos de ramas sobrias errantes por la cúspide de una farola sin luz de gas. para tus gaseoductos gaseosos con gasas en fila de a uno van seduciendo tus rumores álgidos abrevantes en cinta transportadora mientras humos golpean tu hipotálamo demandante de sudores explosivos detonantes en caja de música oscura que guardas celosa por su sensibilidad extrema. para las flacas que te beben a sorbos largos para tus tijeras que sacas a relucir frotando todo cuanto ves en noches derroches sin blanca que radialejan silbidos prófugos. para tus tretas con sexos idénticos al tuyo y al de todol lo toco y me lo meto en la boca pues las manos van al pan pan y al vino vino, para que no llegue a las 800 palabras y la gente entre y lea y entrelea entre líneas entrantes introducidas a pelo o sin goma dos. para mis cuernos, para los tuyos, parafina en vela, paracaídas para todos, paramecios con vida aburritostona, parapente en pentecostés praradigmático, para pentagramas en tu ombligordito abdominator suave salitre salpica sifilítico autista, para mantecados en polvo me entregas tu arte en la bella cadera saliente justamente y en tus muslos blancos y tus pantorrillas finas y mordibles y en tus esquinas y en tus rincones y en tus inquinas y en tus melocotones, melones, mejillas mejillones, y en tus testas tastadas sin testigos, sí higos

Después de leer tu Cansancio, Oliverio Girondo